Centenares de inmigrantes más eran interceptados este viernes por la tarde en alta mar, indican fuentes policiales. Desde la Delegación del Gobierno confirmaban la presencia de más barcazas, aunque apuntaban que aún no podían precisar cuántas personas iban a bordo de las mismas. El destino de todas ellas, otra vez, el puerto de Cartagena.

Debido a la masiva llegada de embarcaciones, se planteó habilitar las instalaciones del superpuerto de Escombreras para que los inmigrantes pernoctasen. Era en estos muelles y explanadas, dado que había más espacio, donde se instalaban sanitarios, policías y miembros de Cruz Roja para recibir a los extranjeros que está previsto que lleguen de madrugada.

Lo que está ocurriendo, indican fuentes policiales, es que hay barcazas que no son localizadas en alta mar, sino que alcanzan la costa por su cuenta y, tras hacerlo, los extranjeros bajan de la patera y echan a correr. La embarcación, que ya no les sirve para nada, queda abandonada en la playa. Es lo que pasaba hoy mismo en las costas de Cartagena y Águilas.

En la segunda localidad, bañistas que pasaban el viernes en la isla del Fraile se veían sorprendidos por la llegada tanto de una barcaza con varios inmigrantes como de los policías que acudieron a custodiar a estos. Alrededor, la gente seguía en el agua.

Al menos dos positivos

El protocolo desde que son detectados en alta mal, bien por Salvamento Marítimo o por el Instituto Armado, se vio alternado por la pandemia de coronavirus.

Fue el virus la causa de que países como Marruecos y Argelia (principales lugares receptores de inmigrantes 'sin papeles' deportados desde la Región de Murcia) cerrasen sus fronteras, a la vez que se cerraba también el Centro de Internamiento de Extrajeros (CIE) de Sangonera, que a finales de marzo dejaba libres a decenas de personas, al no poder devolverlas a su tierra natal. Por ley, el periodo máximo de encierro que permite la ley en estos centros son 60 días, al término de los cuales, si no ha habido deportación, la Policía los deja en libertad.

Ahora, con el CIE de Murcia todavía cerrado (las organizaciones humanitarias piden que se quede así siempre, clausurado de forma definitiva) y con la pandemia mostrando rebrotes, los inmigrantes que siguen llegando al litoral murciano han de quedarse ahí, vigilados, hasta que se movilizan sanitarios a hacerle un PCR.

Vigilados, pero no detenidos. No han cometido delito alguno, salvo la infracción de entrar irregularmente en el país, por lo que, con la ley en la mano, no pueden ser retenidos contra su voluntad.

Horas después de que los primeros migrantes del puerto se hiciesen la prueba, llegaban los resultados: al menos dos de ellos estaban infectados con el virus y tendrían que ir a un hospital, no porque su estado sea grave, sino porque, al ser positivos, el protocolo marca el ingreso.

Las personas con las que compartían patera han de guardar cuarentena y, al no tener vivienda en la Región donde se les pueda hacer un seguimiento, su destino es el albergue que se habilitó hace unas semanas para ellos: El Valle, un emplazamiento en plena naturaleza murciana. El cual la Guardia Civil se encarga de vigilar, para que esté todo en orden.

Peatones por la autovía

Otra de las circunstancias que ha acarreado la inmigración en tiempos de coronavirus es que la Guardia Civil de Tráfico cada vez ha detectado a más peatones caminando sin rumbo por los arcenes de las autovías. Peatones que, en su gran mayoría, son extranjeros que entraron irregularmente en España, y que se han marchado del lugar al que fueron llevados por las organizaciones humanitarias.

Cuando se intercepta a una persona caminando por el arcén, con el consiguiente peligro para su propia integridad, se le para con el fin de informarle de que no puede ir por ahí, pero no se procede a su arresto, porque no han cometido un delito. En todo caso, podría llegarle una multa a su casa. Pero la mayoría de las personas que ahora son detectadas haciendo esto no tienen casa en la Región. Además, apuntan policías que tratan con ellos, la mayoría quiere irse a Francia.