Una murciana que ha dado positivo en coronavirus ha escrito una carta en la que relata de una forma muy personal su experiencia desde que fue diagnosticada. Para ella, al igual que debe darse a conocer la información sanitaria sobre el virus, la sociedad también debe ser consciente de "los sentimientos de la persona que lo padece".

Es por ello que se ha lanzado a detallar lo que ha supuesto para ella psicológicamente haber sido diagnosticada. Además, aprovecha su escrito para concienciar sobre la prevención: "Hoy soy yo, y mañana puedes ser tú el afectado. Tenemos que estar todos unidos".

Puedes leer la carta completa a continuación:

Desde que se conoció la existencia del nuevo coronavirus, he leído y escuchado mucho acerca de su virulencia, del periodo de incubación, de los síntomas que produce, de su capacidad de contagio... Pero nada sobre los sentimientos en la persona que lo padece. Y es que al igual que es importante para el epidemiólogo conocer los factores determinantes de las enfermedades, para el microbiólogo estudiar la biología de los microorganismos, como persona que me he visto envuelta en la cadena de contagios, considero que debéis ser conscientes de lo que este virus puede generar psicológicamente porque en ese sentido nuestro entorno podrá comprender mejor la situación y ayudarnos a afrontarla de una forma algo más llevadera.En primer lugar, cuando un día, de repente, te empiezas a encontrar mal y aparece la temida fiebre y tras hacerte el test te confirman que eres positivo, inmediatamente piensas en toda la gente que tienes a tu alrededor. Quizás hayas podido visitar a tus abuelos unas horas antes o a algún familiar inmunocomprometido. Pero a la vez piensas en tus compañeros y las personas que han acudido a tu trabajo y por supuesto en tus hijos y tu pareja. Automáticamente te conviertes a ti mismo en el máximo responsable de una situación que no has generado pero que sin saberlo, sin quererlo, sin buscarlo, te ha tocado vivir. Llamas a todas esas personas que ves a diario y es en ese momento en el que necesitas que por un instante se pongan en tu lugar. Entiendes que esa llamada genere nerviosismo, miedo, incertidumbre...Pero entiéndeme también a mí que estoy exactamente en la misma situación que tú e intenta mantener la calma porque quizás no te has enfermado y si lo has hecho, no he sido yo, ha sido esta pandemia. Te aíslan catorce días con tu enfermedad y no solo desconoces si la estadística juega o no a tu favor, sino que no puedes ver a tus hijos, hablas con ellos por detrás de una puerta, sigues preocupada por las personas de tu alrededor y cada segundo en esa habitación se convierte en una eternidad. Y lo que menos me ayuda es que faltes a mi intimidad, que se hable de mi persona, que generes explicaciones sin ningún fundamento epidemiológico para calmar tus miedos, y aún actuando con responsabilidad, puedas crear dudas sobre ello o que no me preguntes por mi salud hasta que sepas que la tuya no corre peligro...Debemos mantener la calma y evitar entrar en pánico, huyendo de los comentarios fáciles y desinformados que realizamos al amparo de los grupos de whatsapp o redes sociales, que pueden hacer mucho daño en una situación además de gran indefensión y vulnerabilidad.Hoy soy yo, y mañana puedes ser tú el afectado. Tenemos que estar todos unidos en esto y seguir las recomendaciones que nos marcan las autoridades para controlar la pandemia con sensatez y tranquilidad. La alarma no nos va a dejar pensar con claridad y nos va a hacer más difíciles las cosas. Y quizá, todo empiece por ponerse en el lugar del otro y arrancarle una sonrisa cuando su vida ha dado un vuelco en un segundo.Vamos a demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de hacerlo, cuidando todos los aspectos que rodea a esta crisis, colaborando cada uno de nosotros en esta cadena en la que todos somos importantes.Házmelo más fácil.