La contratación de personas con una discapacidad es una apuesta muy decidida por la igualdad, pero también por dar la espalda a los estereotipos y, especialmente, por abrir de par en par las puertas del mercado laboral a alguien que, al igual que otras personas que no tienen que sortear tan elevadas barreras, está sobradamente preparado para ejercer todas las actividades que se le encomiendan.

Uno de los ejemplos que mejor ilustra este tipo de situaciones es la historia de Pedro Mora, persona con discapacidad intelectual usuaria del Servicio de Empleo con Apoyo de ASTUS, Asociación Tutelar de la Persona con Discapacidad de Cartagena, que desde el pasado mes de mayo trabaja en Decathlon, empresa internacional dedicada a la venta de artículos para el deporte. Después de haber estado preparándose para el empleo mediante cursos del Servicio de Empleo y Formación (SEF) y prácticas prelaborales, Pedro trabajó durante tres meses como vendedor deportivo.

El esfuerzo realizado recibió su merecida recompensa y Decathlon le renovó el contrato por otros tres meses más y finalmente lo convirtieron en contrato indefinido; una demostración de la labor de una de las firmas más reconocidas por los consumidores por su compromiso en responsabilidad social corporativa, pero también de sus profesionales, que cada día demuestran lo que significa la palabra «compañero».

Y es que para todas las personas que forman parte de la plantilla, Pedro Mora es un trabajador más, a quien no han dudado en prestar apoyo en los momentos que ha necesitado.