¿Qué planes tiene para resolver las penurias financieras que sufre la universidad?

Vamos a tener que arrimar el hombro ambas partes. Yo me quiero regir por criterios de calidad. La responsabilidad me pesa muchísimo. Si hay resultados, puedo incrementar la financiación, por eso me quiero guiar por indicadores de excelencia, la empleabilidad o el número de egresados. Tenemos que adaptar los títulos a lo que el tejido empresarial puede absorber, no podemos crear fábricas de parados. Hay que vincular la financiación a todos estos índices de calidad, incluida la internacionalización. La época en la que estamos no puede ser de pan para todos. Tenemos que ser mejores, estar entre las mejores universidades europeas y subir en el Índice de Shanghái.

¿En qué posición están las universidades de la Región?

Murcia estaba entre las 500 mejores. Pero veo otras universidades, como la de Granada, que está muy bien situada. Veo el tamaño de la de Granada y pienso: por qué no. Facultades históricas como León y Córdoba, que lo eran todo, están por detrás de Murcia. Cuando tú primas el éxito, te esfuerzas, metes planes de calidad y el profesorado se implica, yo no descarto que se mejoren los índices de calidad con respecto a Madrid y Barcelona. ¿Cómo se consigue eso? Sumando, uniendo. Es lo que decía de Cartagena y Murcia, hay que estar juntos como Región. En las universidades ocurre lo mismo, el Campus Mare Nostrum para mí es una herramienta fundamental para que seamos competitivos. Si perdemos el tiempo pensando que quiero esto porque este tiene más, estamos en una guerra interna que nos desgasta muchísimo y no nos permite competir con otros. Para mí el aceite de ese motor es el Campus Mare Nostrum. Sin dejar de lado la UCAM, que tiene muchas bondades, como la apuesta por el deporte. Cualquier hijo de cualquier murciano tiene que tener su derecho a estudiar en una privada. Y voy a tener en cuenta también a la UNED.

¿Cómo piensa evitar la fuga de talentos?

Tengo un ejemplo muy cercano en una becaria mía con un premio de doctorado, con artículos publicados, que ha participado en el proyecto de la Antártida y está trabajando en la empresa privada. También conozco a un compañero al que se lo llevaron a Alemania, que ahora está en EE UU. Le están pagando 6.000 euros y aquí ganaba 900 haciendo guardias. Si Alemania coge a nuestra gente es porque está hiperformada. Gastamos dinero público para que se vaya a rendir a otro país. Eso no lo puedo permitir. Tenemos que articular fórmulas para traerlos. También la mujer lo tiene muy difícil. Cuando es madre tiene que dejar de investigar. Tener que elegir es un drama.