Según José María Martínez Selva, catedrático de Psicobiología de la Universidad de Murcia, en el terreno del aprendizaje, el mayor reto actual es «localizar e intervenir en los cambios neuronales que resultan de la experiencia y el aprendizaje». Su nuevo libro, Neurociencia del aprendizaje, le fue encargado por National Geographic hace un año, y en él aplica buena parte de sus importantes conocimientos sobre nuestra mente y los resortes que nos hacen aprender a lo largo de nuestra vida. Está convencido Martínez Selva de que el ser humano puede convertirse «en arquitecto de su propio cerebro», y que mejorar nuestro conocimiento nos hará «más libres y autónomos en nuestras decisiones». Campos como la experiencia o la memoria (que nos habla de quiénes somos para nosotros y para el resto), son analizados por el profesor de la UMU en la nueva publicación, que presenta mañana lunes, 3 de junio, a las 19.30 horas, en el marco de una conferencia organizada por la Unidad de Cultura Científica de la UMU en el Hemiciclo de la Facultad de Letras, en el Campus de La Merced. La reorganización del cerebro con vistas a la rehabilitación de personas con discapacidad, el papel del sueño para estabilizar o potenciar nuestra memoria o la eliminación de huellas de aprendizajes que pueden perjudicar a una persona, son temas que aborda en el libro y sobre los que trata el profesor en la entrevista. Y también sobre las más modernas técnicas relacionadas con la mejora de la mente humana, como la estimulación cerebral eléctrica y magnética, desarrolladas ya a nivel comercial, de la activación de exoesqueletos o prótesis con órdenes cerebrales directas que ya son habituales, o de la posibilidad del «olvido artificial», algo así como un borrado de memorias cuando los recuerdos negativos sean muy intensos, así como la posibilidad de transformar la forma de aprender y acelerarla, transformándola en más placentera. Se acabó para siempre aquello de que «la letra, con sangre entra».

¿Va dejando el cerebro de ser el gran desconocido del cuerpo humano?

Sin duda. Queda mucho por hacer, pero en el caso de los animales contamos con técnicas que nos permiten llegar hasta el nivel de neuronas individuales. Por ejemplo, enseñamos a un animal a hacer una tarea sencilla y, a continuación, identificamos las neuronas que se han activado y las que han conservado los recuerdos. Asimismo, existen métodos con los que podemos activar o desactivar las neuronas de manera individual. Estamos avanzando a gran velocidad. En el caso del ser humano todavía no ha sido posible alcanzar ese grado de sofisticación porque se necesitarían técnicas de carácter genético. Sin embargo, se ha logrado traducir la actividad de las redes neuronales a señales eléctricas y, a partir de esas señales, mover aparatos, máquinas o transmitirlas a otro cerebro.

¿Qué es lo que pretende explicar en su libro Neurociencia del aprendizaje?

El libro trata sobre cómo es el aprendizaje en general, la capacidad de aprender, cómo está avanzando en los últimos tiempos y las aplicaciones disponibles.

¿Cómo son las nuevas técnicas de estimulación del cerebro?

Se ha avanzado mucho. Actualmente, para las personas que padecen algún tipo de discapacidad física, mediante la actividad neuronal podemos activar los exoesqueletos, por lo que estamos llegando a un gran nivel de complejidad próximo al que posee el cerebro humano. Tradicionalmente se utilizaba la cafeína y las anfetaminas para estimular el cerebro, pero hoy en día se han comenzado a emplear técnicas como la estimulación eléctrica o la estimulación química controlada, que consiste en la ingesta de un fármaco compuesto por sustancias contenidas en nanopartículas que se distribuyen por los tejidos del cuerpo y son capaces de estimular una sola parte del cerebro a través de haces de luz o ultrasonidos. Actualmente la estimulación eléctrica profunda se utiliza casi exclusivamente en pacientes con enfermedad de Párkinson pero estamos convencidos de que en un futuro las adicciones podrán ser tratadas actuando sobre ciertas neuronas. Por otro lado, nos encontramos con las prótesis de aprendizaje a través de las cuales es posible descodificar la actividad neuronal, traducirla en impulsos eléctricos y enviarlos a otros animales para que aprendan más rápido. Mediante este sistema podemos detectar la actividad que está modificando las redes cerebrales y estimular a una persona para que aprenda más rápidamente. Se trata de una técnica que quizá dentro de unos años pueda aplicarse en humanos.

El cerebro y la experiencia

El cerebro y la experienciaAsegura que con las nuevas tecnologías el ser humano podrá convertirse en arquitecto de su propio cerebro.

Sí, en la medida en la que uno mismo sea capaz de influir en su propio aprendizaje y adaptarlo a las circunstancias. Partiendo de la idea básica de que el cerebro es plástico, sabemos que las experiencias cambian una pequeña parte del cerebro. La facultad de aprender está estrechamente relacionada con la facilidad que tienen las neuronas de detectar y almacenar las cosas importantes. Gracias a su plasticidad, el cerebro cambia con la experiencia.

¿Hasta qué punto se puede mejorar la capacidad de aprender para mejorar nuestra vida?

Hay límites pero se puede aprender más rápido. Sobre todo en el aprendizaje que más se nos resiste: el práctico. Hay técnicas de mnemotecnia que nos pueden ayudar a memorizar conceptos, pero el reto al que nos enfrentamos es a aprender habilidades, como por ejemplo, los idiomas, el dibujo, la pintura€ Estamos cerca de conseguir que este tipo de aprendizaje práctico sea más fácil, ya que está basado en la experiencia y no en la memorización. En el aprendizaje de experiencia, hoy en día sabemos cuáles son las regiones cerebrales que participan en su proceso y la manera de activarlas vía eléctrica, química o magnética.

¿Entonces, es cierto que la experiencia es la madre de la ciencia?

Yo como investigador he aprendido investigando, la experiencia en este sentido ha sido la madre de la ciencia, pero quizá existan maneras de hacerlo más rápido y sin tanto error. Siempre se ha entendido el aprendizaje como un método basado en el ensayo-error, ¿pero no podría ser mejor ensayo-acierto? Eso todavía se nos resiste.

¿Qué papel juega la memoria en el aspecto de conformar nuestra idiosincrasia y hacer que seamos lo que somos?

La memoria es parte de nuestra identidad, el hecho de que yo pueda hablar con una persona y entenderme se basa en que parte de la memoria es común. La identidad mía como José María, es mi historia anterior, lo que yo sé, lo que he aprendido, lo que he experimentado en distintas situaciones durante años. Y eso está confirmado en parte por las personas que me rodean y por lo que podíamos llamar la memoria colectiva. Eso es mi identidad. En algunas enfermedades cerebrales degenerativas, las personas ya no son las mismas, no saben qué le estás diciendo, ni lo pueden vincular con nada€ por lo tanto la memoria es una parte muy importante de quienes somos.

Afirma en su libro que la neurociencia podrá ayudar a mejorar la rehabilitación de personas con discapacidades.

Hay pasos muy importantes, por ejemplo el neurofeedback, que es poner en relación las acciones o movimientos con lo que está pasando en el cerebro en personas que han perdido una habilidad por una lesión cerebral del tipo que sea.

Entonces, los restos que hay de actividad en el cerebro de estas personas, pueden ser activados o estimulados de manera que realicen mejor las acciones o movimientos perdidos o deteriorados. Hoy día se están haciendo grandes avances en recuperar funciones.

Para una persona que, por ejemplo, ha perdido la movilidad de la mano derecha y tiene que utilizar la izquierda, se puede estimular ciertas regiones del cerebro, y eso facilita que pueda aprender.

Según se desprende de lo que dice, la memoria es fundamental para ser quien somos y conformar nuestra personalidad. Pero también es importante el olvido.

El olvido es un proceso típico de un ser vivo. Es esencial, y además es activo. La propia actividad celular es continua; tú puedes hacer que se recuerde algo o que se reactive una célula, pero ésta sigue sus procesos naturales. Al mismo tiempo, en el cerebro mueren al día miles de neuronas, entonces ¿cómo mantienes el recuerdo si estás perdiendo todos los días neuronas? Una célula viva, continuamente esta interactuando con otras, conectando ese recuerdo con otros. Los recuerdos están conectados con el contexto, con el ambiente, con lo que ha pasado antes, con lo que ha ocurrido después, y esa actividad continúa activa y conserva el recuerdo porque estamos hablando de decenas de miles de conexiones para una sola neurona. El cerebro está preparado para reaccionar ante lo que es importante, lo que se repite, es decir para disminuir la incertidumbre del ambiente y utilizar esa información en el futuro, por tanto, no es necesario recordar todo. El cerebro recuerda una especie de plantilla de lo que está pasando y esa plantilla le permite anticipar lo que puede ser importante en el futuro, ya que los sucesos no se repiten nunca de la misma manera. Así pues, no tiene sentido recordar al 100% lo que pasó, hay que recordar un esquema de lo más importante, que te permita anticiparte por si en el futuro te vuelves a encontrar en una situación parecida. Por eso es importante el olvido de las cosas intrascendentes, tiene sentido lo global. El cerebro es una máquina que intenta optimizar la experiencia.

¿Podremos aprender mientras dormimos?

Durante el sueño hay procesos de aprendizaje que sirven para consolidar lo que se ha adquirido durante la vigilia. El sueño refuerza el aprendizaje que hubo durante la vigilia. Lo que no es posible todavía es el aprendizaje durante el sueño, ya que el sueño se encarga de consolidar lo aprendido y olvidar aquello que no es esencial.

¿Podrán ser más agradables los aprendizajes en el futuro, acabar con esa vieja maldición de que la letra con sangre entra?

Este dicho tiene sentido en cuanto a que el aprendizaje se modula por las emociones, pero si éstas son muy intensas puede ser que no aprendas nada. Lo que se intenta es aprender más rápido y más fácil.