El Ministerio para la Transición Ecológica ha emitido una declaración de impacto ambiental favorable para el proyecto 'Leo', que prevé prospecciones sísmicas 2D para investigar hidrocarburos en una zona que comprende Cieza, Calasparra, Jumilla y Hellín.

Esta autorización, publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado, concluye que «no se prevén efectos adversos significativos para el medio ambiente» si se cumplen una serie de condiciones. La Dirección General de Biodiversidad y Calidad Ambiental del Ministerio considera, por tanto, que «no es necesario someter el proyecto a evaluación ambiental ordinaria».

El proyecto 'Leo' abarca más de 30.000 hectáreas en Cieza, Calasparra y Jumilla, y en Hellín (Albacete). Vecinos de estas poblaciones han protagonizado concentraciones en los últimos años para protestar contra lo que consideran futuras acciones de fracturación hidráulica (conocida como fracking) . También lo han reclamado sus alcaldes, que han pedido en reiteradas ocasiones frenar el avance de esta técnica.

La Asamblea Regional ya acordó por unanimidad una ley que endurece las condiciones para los proyectos de extracción de petróleo y gas a través de la fracturación hidráulica. Esta norma, que no prohíbe expresamente el fracking para no invadir competencias estatales, sí dificultaba la aprobación de nuevas iniciativas en la Región.

La compañía que desarrollará el proyecto 'Leo' sostiene que «en caso de éxito de la campaña sísmica, la extracción de los hidrocarburos no requeriría del uso de la técnica de fracturación hidráulica, al ser yacimientos convencionales, puesto que se trata de almacenes arenosos y carbonatados con porosidad y permeabilidad».

Sin embargo, Ecologistas en Acción, que mostró su rechazo a la autorización y cuyas alegaciones también recoge el BOE, advierte de que no se puede desestimar «de forma rotunda la utilización en el proyecto 'Leo' de la técnica de fracturación hidráulica, que supondría graves riesgos para el medio ambiente, la salud y la economía de las poblaciones de la cuenca del Segura». También avisa del riesgo sísmico que conlleva la técnica del fracking, «especialmente en un territorio donde la actividad símica es frecuente de por sí, con numerosos terremotos con magnitudes comprendidas entre 3, 5-5».

El Ayuntamiento de Calasparra también alegó su «total disconformidad con el proyecto» al considerar que supone la primera fase para una futura extracción de los hidrocarburos mediante fracking.

La declaración de impacto ambiental contempla medidas preventivas y correctoras para minimizar los impactos como la retirada de residuos que puedan quedar en el medio natural tras los trabajos, camiones vibradores y retirada de geófonos. También se abarca la restauración de los suelos que hayan sido compactados por el tránsito de los vibrocamiones y por la presión de la placa vibradora que genera las ondas sísmicas.