L os secretos del espacio natural protegido más emblemático de la Región de Murcia han salido al descubierto. Y es que, con el título Sierra Espuña, naturaleza y cultura, un libro de casi 800 páginas, editado por la Dirección General de Medio Natural, recoge los valores naturales, patrimoniales, culturales e históricos del parque regional. Se trata de un exhaustivo trabajo en el que han participado más de 130 autores especializados y 80 fotógrafos que tiene la pretensión de convertirse en una enciclopedia de referencia sobre el conocido como ‘pulmón de la Región de Murcia’.

Si cae en su manos esta obra, conocerá que los trabajos de repoblación en Sierra Espuña dieron comienzo en marzo de 1889 cuando, tras haberse creado en septiembre de 1888 la Comisión de Repoblación del Segura, los ingenieros de Montes que la dirigieron (José Musso Moreno, Ricardo Codorníu Stárico y Juan A. de Madariaga Casado) llevaron a cabo sus primeros estudios sobre el terreno. Suelo, clima, vegetación, cartografía y fotografía ocuparon ese periodo e incluso se prolongaron durante décadas. Como el programa fue regional, la primera memoria técnica fue la de la cuenca del Guadalentín y su programa de actuaciones tenía esta hoja de ruta: primero Sierra Espuña, luego las cuencas del Luchena y Alcaide y más tarde la sierra de María.

El libro recopila todos los aspectos históricos de la zona, incluso algunos episodios inéditos sobre su historia, como el origen de la construcción del famoso Sanatorio de Tuberculosos. Incluye información sobre los atractivos turísticos de cada uno de los seis municipios integrados en la Mancomunidad Turística de Sierra Espuña (Aledo, Alhama de Murcia, Librilla, Mula, Pliego y Totana) y cuenta con un prólogo del naturalista y divulgador científico Joaquín Araujo.

Leyendo esta enciclopedia se puede conocer también la casa forestal de Fuente Rubeos, que fue construida en 1926 por el arquitecto y vicepresidente de la tropa Scout de Murcia, Rafael Castillo, emulando a un chalet suizo y que cuenta con un horno para hacer pan, conocido popularmente como ‘La Panificadora’. La construcción está situada al lado de la fuente del mismo nombre y cerca del Centro de Visitantes y de Interpretación Ricardo Codorníu. En cuanto a sus aspectos culturales, la obra destaca tanto sus yacimientos arqueológicos como su patrimonio inmaterial: los oficios, la gastronomía y la música, y otros valores patrimoniales como su red de senderos y los edificios singulares integrados dentro del parque como el Centro de visitantes Ricardo Codorníu, la Huerta Espuña, el Pozo de la Nieve, el Mirador del Collado Bermejo, el Mirador del Collado Mangueta o los Barrancos de Gebas.

El parque cuenta con animales como gatos monteses, arruís o jabalíes, entre los mamíferos. También hay víboras hocicudas, culebras de escalera y tortugas moras, entre los reptiles, así como buitres leonados, halcones peregrinos, águilas reales, alondras de Dupont y chovas piquirrojas, entre las aves. En cuanto a la flora destacan los olmos, chopos, álamos, lentiscos, enebros o madroños.

Último día para descargar el libro

El libro se puede descargar gratuitamente hasta última hora de hoy en formato PDF en www.murcianatural.carm.es/web/guest. Además, 600 ejemplares en papel serán distribuidos en centros públicos de la Región para que lleguen a todo el mundo. Y seguro que cuando lo lean tendrán más ganas de darse un paseo por esta joya natural.

Sierra Espuña recibió en el año 1917 el primer Campamento de Exploradores

La historia de Sierra Espuña está muy ligada a los Exploradores (los ‘scouts’ españoles). El 13 de julio del año 1917 se celebró el primer campamento, que estuvo presidido por Isidoro de la Cierva, un ilustre murciano que fue uno de sus impulsores y llegó a ser presidente del Consejo Territorial. A este campamento acudieron más de 500 exploradores de Águilas, Alhama de Murcia, Cartagena, Cieza, Lorca, Lorquí, La Unión, San Javier, Molina de Segura, Murcia y Madrid. Hubo 22 ediciones más hasta 1938. Este movimiento surgió con la idea de acercar a los niños a la naturaleza y Sierra Espuña era el espacio ideal por sus paisajes y la gran variedad de animales.