¿Ha cambiado mucho Podemos en tres años?

Hemos madurado mucho. Nos lo hemos tomado muy en serio. Desde el primer minuto asumimos la responsabilidad de estar a la altura del electorado y del conjunto de la ciudadanía. Hemos hecho propuestas de largo recorrido y profundizamos en las políticas que afectan a la vida de los murcianos y murcianas. Empezamos con una reforma de la Ley Electoral, que avanza en la democratización de la Región; continuamos con la proposición de ley de las energías renovables que acaba de llegar al Congreso tras tres años de veto de Rajoy. Es la primera vez que una proposición de ley que emana de la Asamblea sirve para regular a nivel estatal. Tenemos grandes hitos legislativos en los últimos tres años: la Ley de Vivienda, la Ley de Procedimientos de Emergencia Ciudadana, las leyes de igualdad (tanto LGTBI como en la lucha contra la violencia machista), la Ley de Medidas Urgentes del Mar Menor...

¿Qué han aprendido?

Hemos aprendido a establecer prioridades políticas, a entender mejor la Región, a comprender que no hay economía sin sociedad, que no hay cambio de modelo sin implicar a la sociedad, que hay que pensar en todos y en todas. Hemos aprendido a dialogar; ha sido un tiempo de negociación con todas las fuerzas. Es verdad que hay más dificultad con el PP a la hora de hablar y también con Ciudadanos en algunas materias importantes, especialmente en políticas públicas, pues tienen una visión muy neoliberal y muy ideologizada. Hemos alcanzado acuerdos importantes con el PSOE y con agentes sociales, que pueden ser una apuesta de futuro.

¿Qué errores piensa corregir?

Hemos cometido errores en la madurez interna como organización. Hay que ganar en ´organicidad´. Es difícil organizar un partido de la nada y es difícil que personas que no teníamos pasado político asumamos la lógica organizativa y proyectemos una imagen de cohesión; pero eso lo hemos conseguido. Estamos elevando el nivel productivo de los debates internos y eso se va a ver en las propuestas políticas de 2019.

¿Le sorprendió que Lola Sánchez dejara la ejecutiva regional de Podemos?

Después de leer sus explicaciones, tiene su coherencia. Yo respeto muchísimo el trabajo que ha hecho en el Parlamento Europeo. Con ella hemos estado trabajando con plena colaboración, sin ningún tipo de problema. También soy consciente de que las listas de los diferentes ámbitos de representación las plantea la dirección del partido. Hay dos legitimidades claras: el trabajo de Lola Sánchez, su background; y otra, la legitimidad de Pablo Iglesias para colocar en el Parlamento Europeo un determinado perfil de trabajo. Los representantes políticos e institucionales somos meros instrumentos de un partido que tiene una vocación de cambio político para la sociedad. Son dos legitimidades que tienen sus razones y no han llegado a un acuerdo; por tanto, son absolutamente respetables. En esa secuencia, también entiendo que, si Lola Sánchez no quiere hacer política regional y no va a poder desarrollar una política europea, decida abandonar la ejecutiva regional.

¿Cuál es la relación de Podemos con la dirección estatal?

Muy buena. Siempre he tenido buena relación con Pablo Iglesias y Pablo Echenique. Hay un plus de madurez ahora mismo. Es una dirección cohesionada, que reconoce la diversidad interna y la canaliza dentro del debate democrático, que es como tiene que ser. Yo apoyé a Pablo Iglesias en Vistalegre II: es verdad que me gustaba más el documento político de Íñigo Errejón y presentamos una propuesta regional que encajaba con ese proyecto. Porque España es diversa: no se puede comparar el contexto que vive Madrid con el de Murcia, ni el que vive Andalucía o el de Galicia. La coherencia del proyecto que representa Pablo Iglesias con la línea de Podemos en la Región es completa.

Podemos está en pleno proceso de primarias. Usted encabeza una candidatura. ¿Sabe ya de algún otro candidato?

Estamos en el proceso de depuración de las candidaturas; ha habido errores en las inscripciones. Es completamente legítimo que se presente cualquier inscrito a cualquier órgano. Ese es el valor de Podemos. Yo me siento con la responsabilidad de encabezar un proyecto, porque me lo han pedido los compañeros, y que es el que hemos trabajado en tres años para llevarlo a unas elecciones que tienen que cambiar el rumbo político de la Región. Y estoy convencido de que vamos a llegar a un buen acuerdo para recoger todas las sensibilidades de Podemos.

Al mismo tiempo negocian con Izquierda Unida por las confluencias. ¿En qué punto están?

Hemos tenido cinco o seis reuniones desde mayo con Izquierda Unida. Avanzamos en el diálogo; soy muy optimista. Vamos a llegar a un acuerdo, no sólo a nivel regional, sino también en las principales ciudades de la Región. El cambio político no sólo pasa por la Asamblea regional, sino también por consolidar propuestas de cambio político en los ayuntamientos.

¿Qué prioridades tienen en la negociación?

Somos dos fuerzas distintas, con culturas políticas diferentes, pero tenemos que aunar criterios. Hemos creado tres comisiones para hablar de finanzas, producción y programa. Tenemos que conocer cuál va a ser la referencia del código ético para tener unas reglas de juego claras y tenemos que sintonizar progresivamente el programa con ellos. Hay que dejar a un lado los intereses particulares, porque no tienen que ver con el proyecto de cambio político. Estoy convencido de que alcanzaremos un acuerdo y lo mantendremos después. Existen diferencias, claro, pero cuando estableces prioridades, dirimes las diferencias y apuestas por políticas prioritarias.

¿Qué gana Podemos con Izquierda Unida?

Se están consolidando dos bloques: el bloque progresista y el conservador. En la Región, la mayoría progresista no se ha evidenciado y tenemos que empujar para que se produzca esa mayoría. Existe todavía una indeterminación: el 30% de la población no ha decidido su voto. Y sabemos que en la Región se producirá algo que nunca ha sucedido: va a haber más fuerzas del centro derecha, derecha y extrema derecha que fuerzas de izquierda. Por tanto, el esfuerzo por el diálogo tiene que ser mayor. Tenemos que llegar a una confluencia que nos permita ilusionar a la gente. En el 26J hubo una desafección con Podemos; hay que recuperar el millón de votantes perdidos, que en la Región fueron 30.000.

¿Le ha llevado ya a Diego Conesa una hoja de ruta para la Región?

Estamos en diálogo permanente con el PSOE, tanto en la Asamblea Regional como con Diego Conesa. Hemos estado esperando el desarrollo de las cinco mesas de negociación que hemos mantenido con Moncloa y que han permitido la publicación del documento para los Presupuestos. Ahora tenemos que territorializarlos. Es un documento muy serio, que hay que leer en profundidad. Son los Presupuestos más sociales de la historia de la democracia. ¿Es factible hacerlos con fuerzas que no llegan a la mayoría absoluta? Todo depende de la capacidad de diálogo que tengamos.

¿La relación con el PSOE está mejor que nunca?

Sí. Nuestra relación con ellos va a estar medida por la capacidad de alcanzar acuerdos prioritarios. Hay cosas que vamos a compartir con el PSOE y otras que no. Lo democrático es evidenciarlas, para que esas políticas sean lo más transparentes posibles. Hay ayuntamientos que gobernamos con el PSOE con una relación bastante fluida, como Santomera y Cieza, y otros que no tanto, como en Molina. El mensaje es: a pesar de las diferencias, gobernamos juntos. O la competencia virtuosa, como lo llama Íñigo Errejón: tenemos que competir en las elecciones con proyectos diferenciados al mismo tiempo que si alcanzamos responsabilidades de gobierno, tenemos que estar a la altura de lo que demanda la ciudadanía y colaborar.

En esas responsabilidades, ¿se refiere a un gobierno de coalición con el PSOE?

Por supuesto. Nunca vamos a renunciar a gobernar con el PSOE. No hemos renunciado en ningún ayuntamiento. Claro que preferimos presidir un gobierno: nuestro trabajo de aquí a las elecciones consiste en convencer a la ciudadanía de que somos la mejor opción progresista de la Región. Nuestro objetivo es derrocar al PP y sus políticas, mantenidas por Ciudadanos, que las ha respaldado todas.

¿Temen que el PSOE pueda coquetear con Ciudadanos?

No tememos nada. Cada cual es responsable de sus decisiones y cada cual tiene que asumir sus consecuencias. Pero es evidente que no nos gustaría que fuera así, que la alternativa que planteara el PSRM fuera la misma que planteó Pedro Sánchez después del 20D de 2015. Sería un acuerdo neoliberal y conservador, que secuestraría las posibilidades de cambio. Ahora ya se han caído las caretas: Ciudadanos es una muleta del PP y nosotros representamos el liderazgo del cambio político en este país.

¿Confían en el fin de la hegemonía PP?

Es un momento histórico. Si no somos capaces de trasladar una mayoría de cambio, sería responsbilidad de todos y todas. Si no ocurre eso, no habremos llegado al siglo XXI en la Región. Con el PP no vamos a cambiar el modelo, seguiríamos instalados en la precariedad absoluta y Ciudadanos es más de lo mismo. Aquí hay alternativa, que la estamos viendo ya en los acuerdos de los Presupuestos.

¿Usted se ve en San Esteban en 2019?

Sí, totalmente. La dirección de Podemos en la Región tiene muy claro que en 2019 vamos a gobernar la Región de Murcia.

¿Con el PSOE ha hablado de compartir gobierno?

No. Una cosa es consensuar políticas y planteamientos y otra cosa bien distinta es hablar de gobierno. Eso se producirá después del 26 de mayo. Queremos gobernar la Región, pero somos pragmáticos y para gobernar tenemos que entrar en la lógica de la negociación y la transacción con el PSOE, que es lo que está ocurriendo también con el Gobierno de España. Ninguna fuerza política tiene condiciones para gobernar en solitario en la Región.