Los transportistas de la Región rechazan el desvío obligatorio de los camiones a la autopista de peaje AP-7 en el Corredor Mediterráneo impuesto por el Gobierno de Pedro Sánchez para sacar los vehículos pesados de la Nacional 340. El presidente de la patronal FROET, Pedro Díaz, asegura que esta norma obliga a los conductores procedentes de la Región a circular por la autopista desde Valencia hasta la frontera francesa, en La Junquera, lo que encarece el coste del viaje a los 80.000 camiones que realizan este trayecto anualmente en más de 25 euros. Añadió que la prohibición de circular por las carreteras alternativas impide a los camioneros seguir acudiendo a los restaurantes y a las zonas de servicio en las que se detenían hasta ahora para comer y para cumplir los descansos obligatorios, lo que genera problemas adicionales. Pedro Díaz añadía que las áreas de servicio de la autopista tampoco tienen capacidad para acoger el elevado tráfico de vehículos de transporte que circula por el Corredor Mediterráneo.

Desde el pasado 2 de septiembre, los camiones con cuatro ejes o más tienen prohibido circular por la carretera N-340 en las provincias de Barcelona y Tarragona y en el norte de Castellón, y deben desviarse de manera forzosa por la autopista AP-7 prácticamente hasta la frontera. El objetivo de la medida es lograr que la ausencia de tráfico pesado en la Nacional contribuya a mejorar la seguridad vial de varios tramos de esta carretera que tienen una siniestralidad alta.

En concreto, los camiones que circulan hacia Cataluña y Francia deben utilizar de manera obligada la AP-7 desde Peñíscola (Castellón) hasta Hospitalet del Infante (Tarragona). En esta última localidad comienza un tramo de autovía gratuita que finaliza nada más pasar la capital tarraconsense, donde el tráfico pesado se desvía otra vez a la AP-7 hasta Vilafranca del Penedès (Barcelona). Estas restricciones, junto con la que se ha aprobado ahora para la N-240 en Lleida y Tarragona, se suman a las que ya existían en la N-II en Girona y en la N-340 en el entorno más próximo a Castellón. En la práctica, a partir de ahora el tráfico pesado procedente de la Región, que llega a Valencia por el interior , ya no puede circular por la carretera convencional paralela a la AP-7, salvo en tramos muy contados.

En las zonas afectadas se estableció el desvío de manera reiterada ante el elevado tráfico pesado que soportaba la N-340 y la siniestralidad que presentaba la vía; no es casual que esté prohibido adelantar a lo largo de casi 40 kilómetros de la carretera en la provincia de Tarragona. Por eso, allí la medida ha sido más que bien recibida.

El problema es que la contrapartida la pagan los transportistas que realizan la ruta del Corredor Mediterráneo, que tienen que asumir los costes del peaje con el consiguiente incremento de los gastos propios de cada trayecto.

El Gobierno ha aprobado una bonificación general de las tarifas de la autopista del 42,53%, que asciende al 50% para los que realizan trayectos internos en los distintos tramos afectados, pero el resto corre a cuenta del usuario.

Hasta la frontera el desembolso puede ascender a 55,30 euros. A esto aún habría que añadir que los camiones no van a poder acceder -al menos con la misma facilidad que hasta ahora- a las gasolineras y los restaurantes ubicados junto a la N-340 en los tramos afectados, y que el precio de estos servicios en la autopista es por lo general mayor.

«No sé en qué piensan cuando toman estas medidas sin ver las consecuencias que pueden tener. Entiendo que será por seguridad vial, pero no miran su repercusión», aseguraba Pedro Díaz.

La obligación de circular solo por autopista ha elevado el coste de los peajes en más de 25 euros, hasta alcanzar los 55,30 euros hasta la frontera. Díaz destacó que este encarecimiento resulta muy gravoso, dado que se mueven unos 80.000 camiones al año entre la Región y la frontera.

Añadió que los conductores ahora tienen graves problemas para cumplir los periodos obligatorios de descanso que deben realizar cada cuatro horas y media y las paradas cada nueve horas (con descansos de once horas), porque si no hay dónde parar cuando se cumplen esos periodos tienen que detenerse antes, con la consiguiente alteración de los tiempos de viaje. Además, explicaba que apenas hay áreas de servicio, por lo que tampoco tienen dónde estacionar.

El presidente de la FROET señaló que «desde el mundo empresarial tendría que salir la iniciativa de cumplir la ley, porque eso colapsaría totalmente la autopista».

Por otra parte, según ha informado la patronal Fenadismer, ERC ha presentado sendas mociones en el Congreso y en el Senado proponiendo incrementar los descuentos en el peaje de las autopistas de peaje en Cataluña, que entraron en vigor a principios de este mes.