De nada sirve utilizar las cremas más caras si no nos cuidamos por dentro. Las vitaminas y el agua son el alimento de la piel, por lo que el primer paso para tener una piel bonita y resistente al envejecimiento es aportarle todo lo que necesita desde el interior y evitar sustancias como el alcohol, las grasas saturadas, el azúcar y la bollería industrial.

El estilo de vida también incide mucho en la alimentación y el estrés se refleja en el estado de la piel. La carga de trabajo, la familia, las tareas de casa y el estrés no permiten alimentarse de forma saludable. La nutrición debe ser armónica, sana y equilibrada y esto se reflejará en la salud y en la piel.

Además de incluir alimentos de los cuatro grupos (cereales y tubérculos, frutas y verduras, productos de origen animal, grasas y azúcares), es muy importante grabar otros buenos hábitos que nos proporcionarán diversos beneficios. Son cinco sencillas claves.

La primera es masticar despacio. Es muy común que al comer rápidamente, se mastique mal. Esto impide disfrutar del sabor de la comida y, lo que es peor, nos genera una serie de problemas en el aparato digestivo. Una buena masticación evita que nuestro estómago e intestino trabajen horas extra y que tengamos una sensación de pesadez, así como agruras y estreñimiento; nos ayuda a calmar el sistema nervioso y aumentar la cantidad de oxígeno en el cuerpo, lo que reduce la ansiedad durante la comida.

El segundo consejo es beber dos litros de agua al día, pero restringirla durante las comidas. Los médicos recomiendan, por lo menos, beber agua de media hora a una hora antes de comer y después de la comida. Nunca durante la ingesta de alimentos.

La tercera clave es limitar el consumo de azúcares, grasas y alcohol al 10% de lo ingerido en un día. Un buen hábito alimenticio es consumir más carnes bajas en grasa (pollo, pescado), cocinar con menos aceite (como el de origen vegetal) y limitar los postres como chocolates, helados o pasteles.

Alimentos antioxidantes

Alimentos antioxidantesFrutas y vegetales (cinco al día), tres de fruta y dos de verdura. Su consumo está relacionado con la disminución de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, mejorando además la presión arterial. Las estrellas de los alimentos antioxidantes que protegen la piel de los radicales libres son las bayas (fresas, moras, frambuesas, arándanos...), tomate, brócoli, zanahoria, ajos, uvas y té verde.

Por último, los nutricionistas recomiendan consumir proteínas en cantidades moderadas (20%), limitar las raciones de carne a 150 a 200 gramos (del tamaño de 2 barajas) y preferir consumir pescado a carne, especialmente pescado azul, rico en ácidos grados Omega 3.