En torno a mil de camiones de la Región han permanecido bloqueados durante 24 horas en las carreteras catalanas tras la decisión del Servei Catalá de Transit de cerrar al tráfico las autopistas a causa del temporal de nieve, según las estimaciones de la patronal. El presidente de la Federación Regional de Empresarios del Transporte (Froet), Pedro Díaz, se ha quejado de que los vehículos pesados fueron apartados a polígonos industriales, «en los que no tenían ningún tipo de servicios», a pesar de que la nevada no justificaba la adopción de medidas tan drásticas.

Pedro Díaz ha apuntado que la zona más conflictiva para los camiones procedentes de la Región que se dirigían a la frontera francesa ha sido «Barcelona capital», donde los vehículos pesados fueron apartados de la AP-7 y desviados a las zonas industriales, «donde no existen los servicios que puede haber en un área de descanso, sin darles ningún tipo de información».

El bloqueo se inició el martes a primera hora de la tarde y ha sido levantado hoy hacia las 15.00 horas. El presidente de la Froet ha explicado que la circulación quedó cortada para los vehículos que circulaban en dirección a Francia y para los que hacían el viaje de vuelta, a pesar de que «no había una cantidad de nieve que justificase la decisión. No era una nevada de un metro de altura», precisó Pedro Díaz.

Añadió que el corte de carreteras ha impedido «cumplir los plazos de entrega de las mercancías», lo que ha provocado quejas de los clientes.

La actuación del Servei Catalá de Transit también ha sido criticada por la patronal nacional del transporte, la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), que ha considerado «absolutamente desproporcionada y carente de flexibilidad» la medida.

La organización tachaba de desproporcionado el bloqueo con «las condiciones meteorológicas de las distintas zonas de Cataluña» y ha anunciado que «valorará tomar las medidas legales oportunas contra los responsables de este sinsentido con el objetivo de que se reparen los daños ocasionados».

CETM también ha reprochado a la Administración catalana que obligase a muchos camiones «a parar a pocos kilómetros de su destino, cuando lo que caía era una ligera lluvia y no un temporal de nieve», y calcula que las pérdidas de facturación pueden alcanzar «unos 25 millones de euros por jornada, de los que 15 corresponderían al transporte internacional y el resto al nacional, regional y local».

También la organización de pequeños transportistas Fenadismer considera que los camioneros han sido "víctimas de la descoordinación de las administraciones de Tráfico por las inclemencias meteorológicas" y ha criticado "el caos en las carreteras catalanas ante el exceso de celo por parte de las autoridades".