La seguridad a la hora de mantener relaciones sexuales entre terapeuta y paciente estará «evidentemente» garantizada, asevera el Instituto Sexológico. Tanto trabajadores como 'clientes' tendrán que presentar unas pruebas de salud sexual, cuando las prácticas acordadas entre ellos incluyan penetración o cualquier tipo de contacto entre mucosas.

«Una persona que tenga que masturbar a otra, probablemente lo hará con un guante», destaca Jesús Eugenio Rodríguez. También queda regulado el uso de métodos anticonceptivos. No obstante, el experto puntualiza que «los primeros ejercicios (entre terapeuta y paciente) no conllevan penetración ni felación».