Cuatro municipios de la Región se han quedado sin ninguna oficina bancaria y tratan de evitar el apagón financiero que obliga a sus vecinos a desplazarse a otro pueblo para poder realizar cualquier operación o simplemente para sacar dinero del cajero. A estas poblaciones hay que sumar un buen número de pedanías de los grandes municipios de la Región, como Lorca o Murcia, que en otros tiempos llegaron a tener una oficina de cada una de las grandes instituciones financieras y poco a poco vieron cómo todas acababan bajando la persiana.

Las localidades que se han quedado sin ninguna sucursal de las entidades en las que tenían sus cuentas son Ulea, Villanueva del Río Segura, Ojós (los tres situados en el Valle de Ricote) y Albudeite, según informó el alcalde de la primera de estas poblaciones, Víctor Manuel López, que preside el llamado ´G-8´, la agrupación constituida por los ocho consistorios de municipios con menos de 5.000 habitantes.

El alcalde de Ulea explicó que estas poblaciones están buscando una fórmula legal que les permita llegar a un acuerdo con algún banco para restablecer los servicios financieros.

«A las personas mayores las han dejado abandonadas. Entiendo que dentro de diez o doce años todas las operaciones se van a hacer a través de Internet y solo nos acercaremos al banco si hay que hacer alguna gestión especial. La pregunta es qué hacemos con las personas mayores que ya no llegan a tiempo de sumarse a la digitalización y que van a tener que depender de alguien para que les maneje su dinero. Estamos trabajando para ver cómo podemos paliar esa situación», contaba el regidor de Ulea. Víctor Manuel López recordó que la mayor parte de los vecinos que viven en estas pequeñas poblaciones del Valle de Ricote o en Albudeite, que se encuentra en el Valle del Río Mula, son personas de avanzada edad que no van a poder resolver sus operaciones por vía telemática. «Para cualquier gestión ahora tienen que ir desde Ulea a Archena o a Ceutí. Los vecinos de Albudeite van a Campos del Río», explicaba.

A su juicio, el apagón financiero llegará dentro de poco a otros municipios pequeños, como Aledo, así como a muchas pedanías poco pobladas. Solo en Lorca se estima que puede haber cerca de una veintena de diputaciones sin servicio bancario, algunas de ellas desde hace varios años.

En Ulea la última oficina bancaria de este municipio desapareció el pasado mes de noviembre, cuando el Banco Sabadell suprimió esta sucursal. «Cuando cerró Cajamurcia, el Sabadell se mudó y ocupó la oficina que había quedado vacía. Abrió cuenta a todos los vecinos, pero al cabo de unos años se marchó llevándoselas fuera», criticaba el alcalde.

El grupo de municipios que constituye el denominado ´G-8´, que lidera López ha recurrido a la Consejería de Hacienda para que les ayude a encontrar una fórmula capaz de resolver el problema y les apoye en la negociación con los bancos.

Su pretensión es elaborar un pliego de condiciones para convocar una especie de concurso destinado a las entidades financieras que puedan estar interesadas. Los ayuntamientos cederían el local a cambio de que la adjudicataria se comprometiera a atender a los vecinos dentro de un horario prefijado en el pliego.

Fuentes de la Consejería de Hacienda señalaron que su titular, Andrés Carrillo, está preocupado por la situación de los municipios que se han quedado sin ninguna sucursal, aunque eludió pronunciarse sobre las posible fórmulas que pueden aplicar los municipios más pequeños para recuperar el servicio financiero y evitar que los vecinos tengan que desplazarse.

´G-8´. Los ocho municipios más pequeños se unen unido fuerzas

Los ocho municipios de la Región con menos de 5.000 habitantes que se han unido en el denominado ´G-8´ suman una población de unos 12.500 habitantes. Esta agrupación, que lidera el alcalde de Ulea, Víctor Manuel López, está integrada además por Aledo, Pliego, Albudeite, Campos del Río, Villanueva del Río Segura, Ojós y Ricote. Hasta hace poco también formaba parte de este grupo Librilla, que ha salido al alcanzar los 5.160 habitantes. A excepción de Aledo y de Pliego, el resto de poblaciones se encuentran situadas en los valles de Ricote y del Río Mula. Ojós, con 494 habitantes, es el más pequeño de todos. La falta de industria y las escasas posibilidades laborales empujan a los jóvenes a marcharse fuera, por lo que su población va envejeciendo.

Los ocho municipios de la Región con menos de 5.000 habitantes que se han unido en el denominado ´G-8´ suman una población de unos 12.500 habitantes. Esta agrupación, que lidera el alcalde de Ulea, Víctor Manuel López, está integrada además por Aledo, Pliego, Albudeite, Campos del Río, Villanueva del Río Segura, Ojós y Ricote. Hasta hace poco también formaba parte de este grupo Librilla, que ha salido al alcanzar los 5.160 habitantes. A excepción de Aledo y de Pliego, el resto de poblaciones se encuentran situadas en los valles de Ricote y del Río Mula. Ojós, con 494 habitantes, es el más pequeño de todos. La falta de industria y las escasas posibilidades laborales empujan a los jóvenes a marcharse fuera, por lo que su población va envejeciendo.