El joven enfermero Antonio Cayuela Costa, recién graduado por la Universidad de Murcia, volvía a casa el pasado sábado en un vuelo de Edimburgo a Alicante cuando escuchó al piloto avisar por megafonía de una emergencia, ya que precisaba de forma urgente de alguien con conocimientos sanitarios.

Según relata Antonio a LA OPINIÓN, con los nervios tiró todo lo que llevaba encima, avanzó por el estrecho pasillo del avión hasta que vio a una señora mayor que aparentemente estaba sufriendo una parada cardio-respiratoria. «Soy enfermero», anunció. Junto a otra enfermera que se encontraba también en el mismo vuelo comenzaron a realizar la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP).

Antonio reconoce que al principio dudó «porque no era consciente de lo que estaba pasando», pero al ver a su compañera actuar decidió ayudarla en la reanimación que estaba realizando a la otra pasajera del avión.

«Era complicado maniobrar con soltura en ese espacio tan pequeño pero la otra enfermera actuó realmente bien y logró adoptar una posición adecuada para la maniobra», explica Antonio.

Cuando consiguieron estabilizar a la paciente decidieron trasladarla con la ayuda de las azafatas a la parte delantera del avión para continuar con los cuidados necesarios de forma más eficiente y con más espacio.

El piloto del vuelo preguntó si sería necesario un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto más cercano para atender a la paciente, pero los sanitarios que se encontraba a bordo no lo consideraron urgente ya que la situación mejoró. «La señora recuperó la consciencia, empezó a hablar y se acordaba de su marido», recuerda el joven enfermero.

Tras una hora más de vuelo se produjo la llegada al aeropuerto de Alicante donde esperaba una ambulancia para trasladar a la paciente de origen escocés al hospital más cercano.

Según relata Antonio, la paciente «había acudido al médico anteriormente pero se desconocen las causas de lo ocurrido».

Entre aplausos y gracias al trabajo en equipo y la colaboración de la tripulación, se produjo el aterrizaje con la situación controlada y con pronóstico favorable para la pasajera.

La chica con la que Antonio Cayuela llevó a cabo la reanimación es una enfermera de Alicante que no dudó en prestar atención tras el aviso del piloto.

El joven recalca el mérito de su compañera, que acudió antes a atender a la señora. Eso le tranquilizó porque vio que no estaba solo ante esa tensa situación.

Desde el Colegio Oficial de Enfermería de la Región de Murcia quisieron resaltar ayer «la valentía y profesionalidad de este joven compañero y trasladarle nuestra enhorabuena por su impecable trabajo».