La moción de censura presentada por el PSOE y apoyada por Podemos contra el presidente del Gobierno de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, que previsiblemente será admitida a trámite hoy por la Mesa del Parlamento autonómico, lleva camino de no salir adelante si sus actores, también Cs y PP, no cambian de postura.

Si en Ciudadanos son inflexibles en su posición de votar a favor solo si es para convocar una vez derrocado PAS comicios anticipados, salvo que el PP salga de su inmovilismo y decida adelantarlas el presidente o presentar un candidato alternativo de su bancada, no menos lo son en el PSOE, que solo contempla encabezar un Gobierno alternativo hasta las autonómicas de 2019. Ayer mismo reiteraron la posición naranja el presidente del partido, Albert Rivera, en una entrevista en El Periódico de Catalunya, y su secretario general, José Manuel Villegas, en rueda de prensa, y su ejecutiva nacional volverá a tratarla hoy, cuando vence el plazo que le dieron al PP murciano para apartar a Sánchez.

Tras retirarle el apoyo dado en el pacto de investidura por el incumplimiento del PP al no dimitir Sánchez por ser investigado en el caso Auditorio de presunta corrupción urbanística, como presunto autor de fraude, falsedad, prevaricación y malversación, si el PP no mueve ficha, C's solo podrá apoyar la moción y desbancar a Sánchez o no hacerlo y permitir que siga gobernando al menos un año, dado que no se puede volver a presentar otra hasta transcurrido ese plazo.

«Van a tener una única oportunidad de demostrar que son coherentes con sus principios, acuerdos y programa», ha emplazado a esa ejecutiva naranja de hoy el PSOE, que pide a Cs que «esté a la altura de las circunstancias y elimine la línea roja» que condiciona a la convocatoria electoral su apoyo a la censura.

En el PP y en el Gobierno tampoco salen de pedir a Cs que espere a la decisión judicial y desde el partido elevan el tono de sus diatribas contra el PSOE murciano, a cuyo líder, Rafael González Tovar, que se postula a la presidencia del Gobierno como candidato, acusan literalmente de promover «una cacería contra un inocente». «Se dejaría cortar un brazo por ser presidente un minuto», «sus ansias de poder y ambición no tienen límite con el único fin de conseguirlo a toda costa», «lo único que pretende es derrocar al Gobierno y asaltar el poder», le espetan a quien promueve la moción. Mientras, apelan hasta el último minuto a la responsabilidad de Cs para «que no valide esa estrategia» ni «se siente a la misma mesa que el PSOE» ni «se deje embaucar echándose en sus brazos».

Como el Ejecutivo, el PP insiste en pedir «cautela» porque estiman que la resolución judicial «está cerca y lo justo es esperar» lo que confían en que sea un archivo de las actuaciones en lo que respecta a Sánchez por parte del magistrado del Tribunal Superior de Justicia Julián Pérez-Templado, que instruye la causa. Hoy practicará nuevas actuaciones si no es recusado por falta de imparcialidad, como pide una de las acusaciones particulares tras verse al juez en la terraza de un bar junto a un cargo del PP.

Transcurrido un fin de semana del anuncio de la marcha del PP del antecesor de Sánchez, Alberto Garre, por la situación judicial de quien fue su consejero y la a su juicio inacción del presidente del partido y del Gobierno central, Mariano Rajoy, están citados a declarar cuatro peritos de la defensa del jefe del autonómico y del arquitecto del auditorio, Martín Lejarraga, y otro de la fiscalía, que realizaron informes económicos sobre ese proyecto constructivo.

Por último, desde Podemos, la tercera pata requerida para que prospere la moción, animan a Cs a que dé el paso para «demostrar de qué pasta está hecho y para qué ha venido a la política, si a regenerarla o a actuar de muleta del PP», en lo que considera «la prueba de fuego para Albert Rivera».