­El expresidente del Gobierno regional Alberto Garre aprovechó su comparecencia ante la comisión de investigación de la desaladora de Escombreras para dejar claro que se encuentra en buena forma física y que su médico le permite volver a la política, a pesar de la afección cardiaca que le ha dado algún susto en el pasado. En los pasillos, después de acabar su intervención ante la comisión parlamentaria, Garre se lamentó de que el PP no le ha dado «la oportunidad que ha tenido Rita Barberá», la exalcaldesa de Valencia que fue designada senadora autonómica y ahora ha entrado a formar parte de la Diputación Permanente de la Cámara Alta. Aunque admitió haber recibido ofertas de algún partido regionalista, quitó importancia al ofrecimiento. «Soy afiliado del PP y comulgo todos los días con los programas y los valores del PP», dijo.

Eso no evitó que criticara duramente «a los palmeros de los partidos», que «andan como pollos sin cabeza», porque que «se les va la olla y no les llega el oxígeno a la cabeza. No me extraña que sean los mismos que dentro de unos días pidan la cabeza» de los que adulaban. También despotricó contra «las plañideras de partido», que se dedican a llorar a los dirigentes, a los que después abandonan «dejándolos malheridos».

Garre, que llegó a la Asamblea acompañado del que fue su jefe de gabinete durante su mandato como jefe del Ejecutivo regional, Pío Pérez, arrancó su intervención agradeciendo las felicitaciones por su cumpleaños, dado que ayer cumplía los 64, para recordar después que ha pasado «la revisión médica» y se encuentra en perfectas condiciones físicas para volver a la política, a pesar de que su médico la considera «una actividad de riesgo». Aunque reconoció que ya no juega al fútbol, aclaró que sigue haciéndose kilómetros con la bicicleta.

Su cumpleaños le llevó a recordar al exalcalde de Lorca y expresidente de la Asamblea Regional Miguel Navarro, fallecido el pasado enero, que dentro de unos días habría cumplido también los 64 años. Y recordando a Miguel Navarro rememoró su etapa de diputado de la Asamblea cuando se produjo la quema de su sede en 1992. También recordó su paso por el Congreso cuando rompió la disciplina de voto en contra del Estatuto de Castilla-La Mancha.