El magistrado instructor del caso Novo Carthago, Manuel Abadía, lleva tiempo detrás de la pista de Ramón Luis Valcárcel, con la sospecha de que el expresidente regional pudiera haber jugado un papel decisivo en la tramitación administrativa del proyecto urbanístico que se iba a realizar sobre unos terrenos parcialmente protegidos situados junto al Mar Menor, en el término municipal de Cartagena.

Aunque Valcárcel no figura en la lista de imputados en la causa -en la que sí está el consejero Antonio Cerdá y el delegado del Gobierno, Joaquín Bascuñana-, el instructor alude con frecuencia a su nombre en los interrogatorios y las diligencias de investigación, en su creencia, expresada en varios autos, de que solo «una autoridad superior» podía poner de acuerdo a varias consejerías del Gobierno regional y a un ayuntamiento, el de Cartagena, con el fin de favorecer el proyecto que promovía Hansa Urbana para construir viviendas, campos de golf y hoteles de lujo en una zona que estaba catalogada por su valor ambiental.

Así, una vez que el TSJ ha retomado la causa tras quedarse el Supremo la parte que afecta a la aforada Pilar Barreiro, la primera medida del juez fue tomar declaración en calidad de testigo a Fulgencio Perán, yerno del presidente regional del PP, para preguntarle por cuestiones tan del ámbito privado como su boda con María del Rosario Valcárcel Cruz en octubre de 2007, la celebración, los invitados y el viaje de novios que realizó la pareja.

«¿Cuánto dinero costo el viaje completo de bodas y cómo fue pagado?», fue una de las preguntas que realizó el juez al testigo durante los 20 minutos que duró la comparecencia. Perán, que había jurado previamente decir la verdad (una de las diferencias entre testigos e imputados, que estos últimos pueden mentir en sede judicial), aseguró que los gastos del viaje de luna de miel a Australia y Nueva Zelanda corrieron de su cuenta, aunque dijo también que no recordaba cuánto había costado y si el pago lo realizó en efectivo o a través de una transferencia bancaria. Sí recordó que el viaje lo contrataron con la agencia Diseño Tour, que salieron del aeropuerto de Barajas (Madrid) y que hicieron escala en Londres antes de partir hacia el continente oceánico. No recordaba, y así se lo dijo al magistrado, la compañía con la que volaron ni los hoteles en los que se hospedaron.

Abadía también se interesó por la lista de invitados del enlace, especialmente si entre ellos estaban el presidente de Hansa Urbana, Rafael Galea, y su hijo. «Indique qué regalos de boda le realizaron Rafael Galea Expósito y su hijo Rafael Galea García», reclamó Abadía. «No lo recuerdo, pues fueron más de 400 invitados», respondió el yerno del expresidente. A preguntas del letrado de Izquierda Unida, el testigo indicó más tarde que Galea no estuvo invitado a su boda, aunque sí su esposa.

Otro asunto que salió a colación durante el interrogatorio fue la contratación de la hija de Valcárcel por parte de un despacho de abogados de Sevilla que supuestamente estaría relacionada con Hansa Urbana. Perán reconoció que en el año 2006 su esposa residía en Sevilla, aunque aseguró desconocer los nombres de una serie de empresas (Sijeq S. L, Conculsar Tributario y Jurídico SLP) que le mencionaron. Tampoco le sonaba el nombre, según declaró, de Francisco Javier Méndez Juanes, el dueño del despacho que contrató a su esposa.

Este último también estaba citado para el día de ayer, según la providencia dictada por el magistrado el pasado viernes. Sin embargo, justificó su ausencia por motivos de trabajo. Su comparecencia ha quedado pospuesta para otro día, posiblemente el próximo sábado, según señalaron algunos abogados.