Hay mucho mar más allá de la costa. El inusual acercamiento de algunos ejemplares de peces raya al litoral de la Región de Murcia este recién finalizado verano ha evidenciado que en el fondo marino existe una diversidad biológica mayor que la que está a la vista. Pero aún queda más por divulgar. Hasta siete especies de cetáceos están presentes en las aguas murcianas: rorcual común, delfín mular, delfín listado, calderón común, calderón gris, cachalote y delfín común, según los datos que dispone la asociación ecologista ANSE, en función de los avistamientos realizados. Esta información también se incluye en el proyecto Life Naturaleza de la Comisión Europea.

Resulta poco común ver a mamíferos de este tipo, porque residen en mar abierto, a gran profundidad. Tan sólo el delfín mular se encuentra cerca del litoral. En todo caso, algún ejemplar se aproxima a la costa esporádicamente. Cuando esto ocurre, normalmente se debe a que llega muerto o herido grave.

El delfín mular y el listado son los cetáceos más abundantes en las aguas de la Región de Murcia, seguidos por el calderón gris. Se estima que hay en las costas murcianas, según los datos que tiene ANSE de los avistamientos que realiza frecuentemente, una población de 250 delfines mulares, 150 calderones comunes y más de 50 calderones grises, según fuentes de la organización ecologista. Asimismo, existe una población de cachalotes (la ballena de Moby Dick).

Los cetáceos son animales sociales, ya que, excepto los rorcuales (que van solos o en pareja), acostumbran a nadar en grupo. Los delfines suelen juntarse en comunidades de alrededor de treinta individuos, pero ocasionalmente superan los cien. De hecho, los calderones grises tienen el cuerpo recubierto de cicatrices y los biólogos marinos atribuyen este fenómeno al contacto físico que se dan entre los miembros del grupo mientras nadan. Gracias a este carácter grupal, los cetáceos han llegado también a desarrollar mecanismos de comunicación.

El verano es la mejor época para contemplar estos animales por la coincidencia de las migraciones de rorcuales y cachalotes con los desplazamientos de calderones y delfines hacia el litoral. Se requiere paciencia y, aún así, en esta empresa el éxito no está garantizado. Las observaciones, si se dan, son fugaces. Sólo de vez en cuando salen a la superficie, porque su hábitat es el fondo del mar.

La consejería de Agricultura y Agua tiene en marcha un proyecto para la declaración como Reserva Marina de Cabo Tiñoso, lugar que se considera como un espacio de descanso de los cetáceos en la Región. Los trámites para la declaración continúan en marcha, según señalan desde la consejería de Agricultura, que dirige Antonio Cerdá. La reserva ocupará una superficie de 1.200 hectáreas en la zona de la Punta del Cabo, más un perímetro de 500 metros alrededor de la Isla de las Palomas. También se incluye un rectángulo de 900 hectáreas que ocupa parte de la bahía de Mazarrón hasta la plaza del Mojón.

Con esta declaración, se busca proteger a la gran cantidad de especies marinas que hay, así como a los cetáceos, en una zona que se considera uno de los mayores refugios de estos grandes animales en el Mediterráneo.