Recuperar las venas dañadas para que sigan realizando su función de conductoras del flujo sanguíneo. Ese es el objetivo de la técnica Chiva, que evita que se le tenga que arrancar la vena dañada al paciente y esta siga funcionando. El doctor Agustín Cano, cirujano general y del aparato digestivo, está realizando esta intervención en su clínica de Cartagena desde hace seis meses, ya que aunque él trabaja en el ámbito público no se contempla dentro de la cartera de servicios de Sanidad.

El doctor Cano indicó que la insuficiencia venosa es un fallo de las venas porque no funcionan adecuadamente las válvulas que hacen que la sangre vaya hacia el corazón, lo que provoca las varices. Estos problemas circulatorios pueden tener consecuencias locales o graves. Entre las locales se encuentra la tromboflebitis o inflamación de las venas, así como el reflujo patológico (SHUNT), por el que la válvula no funciona bien y hace que la sangre circule en sentido contrario, ensanchando la vena y formando la variz. Estos problemas ejercen presión sobre los tobillos, dañando la piel y llegando incluso a crear úlceras. En los casos más graves el paciente puede sufrir una embolia.

Agustín Cano destacó que «arrancando la vena no se consigue nada, ya que la variz es la consecuencia del problema de circulación y así no se trata el motivo que produce el reflujo». Hizo hincapié en que «hay que tratar a los pacientes por motivos de salud, no por estética, aunque esta intervención lleva aparejada una mejora visible de la piel».

En este caso explicó que la técnica Chiva es conservadora, por lo que mediante una ecografía de alta resolución se busca la causa del problema y dónde está el fallo que hace que la sangre refluya. «Con la ecografía encontramos el punto de fuga, así como el punto de entrada que nos permitirá intervenir para que la vena recupere el flujo sanguíneo», dijo.