­Auténticas gangas. Un arma con máxima precisión diseñada para el tiro al plato que en una armería puede alcanzar los 18.000 euros tiene un precio de partida de 300 euros en la subasta organizada por la Guardia Civil. A lo largo de esta semana, los interesados en adquirir una de las 297 armas que se subastarán el próximo día 12 pueden visitar la exposición de 9 a 13 horas, acudiendo al cuartel de la Benemérita de Murcia, situado en la plaza Pintor Inocencio Medina Vera, en el barrio de Vistalegre.

De las casi trescientas armas licitadas, 44 son armas cortas –pistolas y revólveres– y el resto largas –carabinas, escopetas y rifles–.

El precio más alto de partida es el de una pistola Astra de competición para el tiro olímpico, cuya puja ha de ser superior a los 6.000 euros. En el extremo opuesto, una pequeña pistola tiene un precio de salida de 6 euros. Las más admiradas por las decenas de personas que se acercan hasta la exposición «son las escopetas de perrillos, porque llevan dos disparadores y dos martillos independientes», explica el capitán interventor de Armas y Explosivos de la Comandancia de Murcia, Vicente Mira. «Aquí hay auténticas piezas de coleccionista, armas de finales del siglo XIX que por su elaboración, son auténticos caprichos, personalizadas con siglas o figuras talladas a mano», añade.

Entre los visitantes que acuden al cuartel, apenas hay un par de mujeres. Los padres sí que suelen llevar a los niños a ver armas «de verdad, no de juguete», pero no hay ningún peligro porque todas están bien atadas y descargadas.

Los ejemplares que forman la subasta han sido depositados en los cuarteles de la Benemérita por personas que tienen la licencia caducada y están obligadas a entregarla. Pero en el 70% de los casos, las armas han llegado a manos de la Guardia Civil porque su dueño ha fallecido. En caso de que ningún familiar herede el ejemplar, porque no disponga de la licencia , éste pasa a manos de los agentes.

El precio de salida para la subasta lo fijan los propietarios del arma a los que se le retira. En algunos casos, los exdueños del arma le piden a algún conocido con licencia que participe en la subasta con el objetivo de recuperarla. El beneficio obtenido con el arma en caso de que la subasta se celebre con éxito es para el propietario o su familia.

Las armas que no se subasten en una segunda puja, que tendrá lugar en octubre, serán destruidas por fundición. Solo un 10% de las que salen a subasta se venden.