­Las cuentas del primer semestre presentadas por la CAM el pasado lunes vuelven a confirmar que el desmesurado apetito de la entidad por el ladrillo está en el origen de todos sus problemas. Aunque la caja ahora nacionalizada sólo divulgó las principales cifras, que arrojaron unas pérdidas de 1.136 millones de euros hasta junio, fuentes conocedoras de la situación aseguran que hasta un 70% de esos números rojos se deben exclusivamente a los impagos de promotores y constructores, mientras que la morosidad de los créditos al consumo y de las hipotecas de particulares sólo suponen el restante 30%.

Además, las mismas fuentes aseguran que, frente a los beneficios de 244 millones que declaró en 2010, la caja habría registrado ya el año pasado unas pérdidas de alrededor de 1.000 millones de euros si se hubieran aplicado los mismos criterios contables que en el primer semestre de 2011. Sin embargo, entonces la entidad pudo enjugar estas pérdidas recurriendo a sus reservas, una opción que el Banco de España sólo permite a las cajas inmersas en procesos de fusión.

En los primeros seis meses de este año la tasa morosidad de la CAM pasó del 9,1% a un 19%, lo que obligó a la entidad a reconocer un importante deterioro de sus activos financieros. Hasta un 70% de ese incremento de la morosidad se debe a los impagos de promotores y constructores, que siguen manteniendo un importante peso en la cartera crediticia de la caja, muy por encima de la media del sector. En concreto, a finales del pasado ejercicio la propia caja cifraba en 11.200 millones de euros la cantidad que le adeudaban las empresas relacionadas con el negocio inmobiliario.

Morosidad aplazada

El problema, además, es que muy pocos de estos créditos se estaban amortizando según lo previsto y las empresas no hacían más que aplazar el pago mediante la solicitud de constantes refinanciaciones. «Lo normal es que cuando se refinancia una deuda se exijan nuevas garantías o se compruebe que existe posibilidad de pago, -algo casi imposible en las circunstancias actuales-. De lo contrario, lo que haces es, simplemente, demorar la morosidad», señalan fuentes del sector.

Eso es precisamente lo que no desean los nuevos administradores de la CAM nombrados por el Banco de España, que quieren sanear al máximo la caja antes de su adjudicación a otra entidad, prevista para finales de octubre. «La CAM fue muy intensiva en la concesión de créditos al promotor y ahora lo está pagando», resumen las citada fuentes.

En ejercicios anteriores, la entidad ya se vio atrapada con cientos de millones de euros en los concursos de acreedores presentados por algunas de las mayores promotoras, como Martinsa-Fadesa, Nozar, Sacresa, Polaris World o la urbanización de El Pocero en Seseña (Toledo).

Igualmente, hay que tener en cuenta que el impago de un crédito por parte de un promotor suele acarrear mayores pérdidas que el de una hipoteca particular, ya que las garantías que lo sustentan -normalmente suelo o promociones sin finalizar- se han devaluado mucho más rápidamente que las viviendas terminadas. Esto hace que el Banco de España exija mayores provisiones.

Las fuentes del sector consultadas creen que, tras los impagos aflorados en el primer semestre, ya se ha producido la mayor parte del saneamiento de la entidad, aunque también dependerá de la evolución de la economía en los próximos meses. No en balde, recuerdan las citadas fuentes, la CAM ya se vio obligada el año pasado a provisionar una importante cantidad por la reclasificación masiva de créditos que llevó a cabo tras una inspección del Banco de España.

Por otra parte, la Asociación de Impositores Valencianos de la CAM ha convocado para el próximo 20 de septiembre una asamblea para los poseedores de cuotas participativas de la CAM, títulos similares a las acciones, pero sin derechos políticos. El objetivo es agruparse para estudiar posibles acciones conjuntas tras la decisión de los gestores nombrados por el FROB de suspender el acuerdo para recomprar estos títulos. Tampoco se descarta presentar una denuncia contra los anteriores responsables de la entidad.