Las plagas de las llamadas «ortigas del mar» se han hecho más cíclicas, y si antes se producían cada siete u ocho años, ahora se dan cada verano. Las más abundantes en el mar Mediterráneo son la Pelagia noctiluca, la Cotylorhiza tuberculata y la Rhizostoma pulmo.

Lamentablemente, la actual situación del Mediterráneo lo convierte en «un caldo de cultivo ideal para especies invasoras» como la aún poco habitual Physalia physalis (la temida ´Carabela portuguesa´), y sobre todo la peligrosa Carybdea marsupialis, una ´cubomedusa´ que, según el investigador del CSIC Sergio Rossi, se está avistando de nuevo frente a la costa de Denia (Alicante). Un equipo de investigadores -financiados por el proyecto Life- estudia la presencia de esta transparente y pequeña especie invasora -cuyo veneno es muy doloroso pero no mortal- detectada en el Levante español y que se teme podría extenderse a otros puntos de la costa de la península como Murcia, arrastrada por las corrientes o el viento.

Al respecto, Rossi advierte de que ya hay tour operadores turísticos nada «éticos» que han comenzado a confeccionar mapas poco ortodoxos en los que advierten a sus clientes de los riesgos que existen por la presencia de medusas, un problema que afecta a destinos de todo el Mediterráneo, como Croacia, España, o de Córcega y Cerdeña.