Murcia se ha convertido en la primera comunidad autónoma en elaborar un mapa sobre cáncer infantil en España. Hasta ahora existían trabajos sobre la incidencia oncológica en adultos, mapas desarrollados por el Instituto Carlos III, pero no había material sobre la prevalencia de estas enfermedades en niños según su entorno.

El proyecto Macapemur –Medio Ambiente y Cáncer Pediátrico en la Región de Murcia–, desarrollado de forma conjunta por la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia y la Universidad Politécnica de Cartagena, ha sido publicado en la revista Anales de pediatría de la Asociación Española de Pediatría. En él se analiza tanto la ubicación del domicilio del paciente como el de la madre durante el embarazo, según explicó a LA OPINIÓN el jefe de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica de la Ciudad Sanitaria, José Antonio Ortega. El objetivo principal es lograr el desarrollo de una cuidadosa historia ambiental pediátrica y el uso de sistemas de información geográfica que permitan crear mapas de incidencia y analizar la distribución del cáncer pediátrico en la Región de Murcia.

Así, subrayó que en esta primera fase se ha analizado el cáncer en general, para tener una visión global de su incidencia y dispersión en la Comunidad, y el siguiente paso será el estudio de cada uno de los tipos, comenzando por los tumores del sistema nervioso.

Juan Antonio Ortega, que codirige el estudio junto Fernando A. López, de la Universidad Politécnica de Cartagena, explicó que las fases iniciales de la vida –periodos prenatal, infantil y juvenil– son especialmente vulnerables a los carcinógenos, presentando un riesgo diez veces mayor al esperado en adultos durante los dos primeros años de vida y tres veces mayor entre los 3 y 15 años.

El artículo destaca lo útiles que son este tipo de mapas de salud como instrumentos para formular hipótesis sobre las causas de las enfermedades. «Por lo tanto, conocer la distribución geográfica de la incidencia del cáncer pediátrico durante el embarazo y la primera infancia será una importante herramienta de estudio en su etiología», indica. Los expertos afirman que el cáncer pediátrico es una enfermedad rara con una incidencia de 14 casos por 100.000 menores de 15 años y, a diferencia de lo que pueda parecer, no ha habido un incremento en el número de casos, sino que se mantiene estable.

De los primeros resultados se extrae que el 30% de las familias analizadas cambiaron su domicilio entre el embarazo y el diagnóstico de la enfermedad, de ahí que en la muestra se haya asociado a cada caso tres direcciones postales –embarazo, periodo posnatal y momento del diagnóstico–.

Contaminación y ondas

Uno de los aspectos a tener en cuenta en la percepción del riesgo. En este sentido, el responsable de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica hizo hincapié en que no es lo mismo la percepción que el riesgo real que exista. «Uno puede vivir en medio del bosque, pero tener en casa elementos perjudiciales como estar expuesto al tabaco, tener una estufa de carbón o productos agrícolas», señaló. Concretamente, el proyecto Macapemur prevé establecer hipótesis y relacionar la incidencia de la enfermedad según los tipos tumorales y los factores de riesgo asociados al espacio –contaminación atmosférica, campos electromagnéticos, pobreza, actividad industrial, etc–.

En el estudio fueron identificados un total de 489 pacientes diagnosticados entre 1998 y 2009 en la Región de Murcia, de los que finalmente se incluyó a 380. Respecto a los tipos de cáncer más frecuentes, en primer lugar se encuentran las leucemias –28,4% del total de casos–; seguidas de los tumores del sistema nervioso central –23,9%–; los sarcomas de partes blandas –10%–; y los linfomas –8,4%–. En tramos de edad, el 15% se concentró en menores de 1 año; el 37,4% entre 1 y 4 años; el 27,6% entre 5 y 9 años; y el 20% entre 10 y 14 años. Además, de los 380 casos 187 correspondían a niños y 193 a niñas, y la tasa de supervivencia a los 5 años fue del 80,4% entre 2002 y 2005.

El proyecto está financiado por la Fundación para la Formación e Investigación Sanitarias de la Región de Murcia (FFIS), la Fundación Séneca, el programa Salud Global de la escuela de Medicina de Mount Sinai y la Asociación Española Contra el Cáncer.