El problema de los botellones se ha acrecentado durante estos últimos años en la zona costera de Cartagena. Cabo de Palos y La Manga son los principales focos de este tipo de fiestas ilegales, que causan graves perjuicios a los vecinos de la zona. Según queda reflejado en la memoria de la Policía Local de 2021, ese año el Cuerpo denunció 253 botellones del total de 1.605 denuncias que se registraron en el distrito costero, que comprende a Cabo de Palos, La Manga, Los Belones, Playa Paraíso, Playa Honda, Mar de Cristal e Islas Menores. Un elevado número pese a las restricciones debidas a la pandemia.

En la memoria de 2020, si bien es cierto que las restricciones sanitarias debido a la incidencia del coronavirus eran más severas, la policía interpuso 165 denuncias por la celebración de botellones en esta misma zona, del total de 2.578 que registraron. En 2019 tan solo quedan reflejadas 35 intervenciones de la unidad de seguridad ciudadana debido al consumo de alcohol en vía pública, una cifra que engloba a todo el municipio.

Según afirma el concejal de Seguridad Ciudadana, Juan Pedro Torralba, este aumento sustancial de las denuncias por consumo de alcohol en la vía pública «se debe a que desde el Ayuntamiento se ha intensificado el control de este tipo de incumplimientos de la normativa».

Sin embargo, el aumento de las denuncias no ha frenado a los jóvenes, que este año, ya sin restricciones sanitarias, han retomado la celebración de botellones a un ritmo que preocupa a los vecinos. Estos se concentran, principalmente, en las Dunas de Cabo de Palos, en torno a las discotecas Mamaluna y Trips y en la entrada de La Manga.

Según ha denunciado a este diario la presidenta de la Asociación de Vecinos de Cabo de Palos, María Jesús Esteban, «los vecinos situados junto a estas zonas son los más perjudicados. Los jóvenes acceden ilegalmente a sus casas, su descanso se ve alterado, la suciedad se agolpa junto a sus viviendas, así como vómitos y orines».

Las infracciones por ruido también se incrementan

La Policía Local de Cartagena interpuso 341 sanciones en 2021 por exceso de ruido en el distrito de Cabo de Palos, otro de los problemas que aquejan a los residentes de la zona en época estival desde hace años. En 2020 el Cuerpo registró 218 denuncias de este tipo. Según ha afirmado a La Opinión el concejal de Seguridad Ciudadana, Juan Pedro Torralba, su incremento se debe a la entrada en vigor de la nueva ordenanza municipal de Protección del Medio Ambiente Contra la Emisión de Ruidos y Vibraciones del Ayuntamiento de Cartagena, el 12 de febrero de 2021. Sin embargo, pese a que el control es mayor, los vecinos afirman que muchos chiringuitos siguen sin cumplir la normativa.

El parque del palmeral también es uno de los puntos preferidos por los jóvenes para hacer botellón, lo que ha provocado que se encuentre «en muy mal estado», según apunta Esteban. «Se queda lleno de basura y la hierba está seca y sin cortar, de modo que una simple colilla puede provocar un incendio en la zona», subraya.

La situación se ha agravado debido a la falta de presencia policial en la zona, según denuncian. «Tan solo tenemos una o dos patrullas para toda la zona», asegura Esteban. En este sentido, los agentes, en muchas ocasiones, se ven impotentes e incapaces de actuar. «Cuando vamos a patrullar incluso nos lanzan botellas, pero al ser tan solo dos agentes no podemos actuar», lamenta el delegado sindical de UGT, José Juan González Salas.

Los vecinos también echan en falta más limpieza en la zona. «Si bien es cierto que han puesto contenedores nuevos, las calles siguen estando llenas de basura», apunta la presidenta.

La playa de Los Alemanes y la urbanización situada junto a esta, ubicada en La Manga, también es un punto de reunión para la afluencia masiva de jóvenes debido a los locales de ocio que pueblan la zona. Un representante de la asociación de vecinos de la urbanización ha denunciado a este diario los numerosos problemas que padecen debido a ello. «Nuestro descanso se ve alterado los viernes, sábados y domingos debido a la elevada música que procede de los chiringuitos hasta altas horas de la madrugada, pese a que no tienen licencia para ello», apunta este residente de La Manga.

Durante estos días de la semana la zona también presenta un problema de aparcamiento descontrolado. «La gente no puede ni entrar a sus casa a veces porque los coches están encima de las aceras», subraya.