La compañía mejicana Zeta Gas ha obtenido el visto bueno de la Consejería de Medio Ambiente para la instalación de una planta de almacenamiento, abastecimiento, trasvase y envasado de bombonas de gases licuados del petróleo (GLP) en Cartagena.
Un proyecto que cuenta con una inversión total de más de 70 millones de euros. Según ha destacado la Consejería, «el proyecto no tiene efectos significativos sobre el medio ambiente, en los términos establecidos en dicho informe, y por tanto, no debe ser sometido a Evaluación de Impacto Ambiental Ordinaria».
El objetivo de la empresa es la construcción de dos complejos industriales, uno destinado a almacenamiento por medio de esferas y otro, denominado factoría, para el llenado y envasado de botellas y cisternas.
Ambos complejos estarán ubicados en el Valle de Escombreras, conectados entre sí con la zona portuaria, desde donde se recibirá por barco toda la materia prima. El alcance del proyecto se centra en la descarga de barco e impulsión a través de bombas booster a almacenamiento de ocho esferas, trasiego y llenado de camiones y vagones cisternas y botellas de uso industrial y doméstico.
La fábrica permitirá crear 107 puestos de trabajo directos, así como otro medio centenar de indirectos
Estas instalaciones permitirán poner en el mercado más de dos millones de bombonas de butano. De esta forma y a través de esta planta, la empresa mejicana pretende introducirse en el mercado del gas licuado. La planta acogerá un almacenamiento operativo de 5.000 toneladas y otro estratégico de 30.000 toneladas más, que llegarán a la nueva planta a través de un gaseoducto de 7 kilómetros que une las instalaciones de la planta y el puerto.
Por otro lado, la fábrica de envasado y distribución permitirá crear 107 nuevos puestos de trabajo directos, así como otro medio centenar indirectos. Asimismo, en la fase de construcción intervendrán unas 500 personas y más de 120 empresas, de las cuales 20 lo harán de forma directa y 100 de forma indirecta.
De acuerdo a la Declaración de Impacto Ambiental de fecha 31 de diciembre de 2003, la planta de almacenamiento estaba inicialmente constituida por 10 esferas refrigeradas de propano, butano y sus mezclas con una capacidad unitaria de 5.865 m3. Debido al cambio normativo, Zeta Gas ha realizado un nuevo planteamiento en el cual se reduce el número de esferas, pasando a seis semirrefrigeradas en la fase I y con reserva de espacio adicional para la incorporación posterior de dos esferas en la fase II, reduciendo por tanto, la capacidad de almacenamiento en más de 11.000 m3.
Importancia del GLP para el medio ambiente
El gas licuado del petróleo, procedente de la mezcla entre propano y butano, puede ser usado como combustible para automóviles, barcos, refinerías, para procesos industriales y generación eléctrica e incluso para uso doméstico. La transición hacia el GLP puede resultar beneficiosa para el medio ambiente, ya que no contiene agentes contaminantes como azufre o plomo. Asimismo, libera menos cantidad de óxido de nitrógeno a la atmósfera, el causante del efecto invernadero, que otros combustibles. También puede ser beneficios para la salud, ya que no emite partículas cancerígenas.
Otras actuaciones que llevarán a cabo, presentadas en el informe de impacto medio ambiental, son la adecuación de los caminos de acceso a la plataforma de esferas, la construcción de un cubeto de recogida de derrames y de una balsa para lavado de cubas.
El proyecto de ingeniería multidisciplinar, llevado a cabo por Idea Ingeniería, culminó en 2018. Este tuvo una duración de seis meses y estimó en unos 18 meses el proyecto de construcción de la planta en el Valle de Escombreras. Algunos directivos de la empresa ya mantuvieron un primer contacto por esas fechas con la entonces alcaldesa, Ana Belén Castejón, en el que obtuvieron su visto bueno.
El Grupo Zeta es un conglomerado de empresas de capital cien por cien mejicano, líder en la industria de GLP desde su fundación en 1946. A partir de 1970 iniciaría operaciones en mercados internacionales. Actualmente cuenta con más de 80 empresas en los diez países en que operan con una plantilla total que supera los 10.000 empleados.
