La Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) reclamó ayer la protección de Monteblanco en La Manga sobre el que la Comunidad Autónoma, en colaboración con el Ayuntamiento de Cartagena, ha anunciado la construcción de un centro multiusos sobre una parcela de arenal a través del proyecto La Manga 365. Los naturalistas rechazan la construcción de este edificio ya que están en contra del "esponjamiento urbanístico" y el exceso de edificios en La Manga, explica Jorge Sánchez, el presidente de ANSE.

Por otro lado, a la Asociación le preocupa que aunque la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento les ha asegurado que el impacto será mínimo en la zona que ellos reforestaron, esta se vea dañada. "Nos han dicho que no se va a ver afectada la parcela con flora que reforestamos, pero no hay otra forma de acceso si construyeran el edificio. Va a tener impacto. Además, Monteblanco es un arenal, deberían recuperar el paisaje original de La Manga", opina el presidente de ANSE, que recuerda que el propio Ayuntamiento de Cartagena se comprometió públicamente en 2014 a liberar de la amenaza urbanística el Monteblanco.

ANSE, en contra de la construcción del edificio multiusos en Monteblanco

ANSE, en contra de la construcción del edificio multiusos en Monteblanco L. O.

ANSE va a dirigir escritos a la alcaldesa de Cartagena, al Consejero de Fomento y a la Dirección General del Medio Natural para pedir la protección efectiva en Monteblanco, uno de los escasos espacios aún sin urbanizar. En este documento, han propuesto que se constituya una mesa para abordar alternativas respetuosas con La Manga.

ANSE y el Ayuntamiento de Cartagena vienen trabajando desde 2013 en la restauración ambiental de los arenales allí existentes. En todos ellos han participado voluntarios, personas en TBC y han supuesto la inversión de fondos públicos. 

Como resultado de esos trabajos se ha conseguido transformar un solar fuertemente invadido por acacias australianas y repleto de basuras en una valiosa reserva de flora dunar que incluye una recreación de los bosques que cubrían La Manga en el siglo XVI, según los registros históricos. Esta reserva cuenta con un elevado número de ejemplares de especies catalogadas y protegidas tales como la sabina de las dunas (juniperus turbinata) catalogada como "en peligro de extinción". También tiene ejemplares de zanahoria marítima (echinophora spinosa) y zamarrilla de las dunas (helianthemum marminorense), catalogada como "vulnerable". Quizá lo más valioso sea el elevado número de ejemplares de esparraguera del Mar Menor (asparagus macrorrhizus), especie endémica exclusiva del Mar Menor y considerada "en peligro crítico" según criterios UICN. Algunas de estas esparragueras proceden de trasplantes ordenados por la CARM a promotores urbanísticos y ejecutados por consultoras.

Por otro lado, ANSE pidió ayer en un comunicado a los poderes públicos que adopten medidas urgentes de recuperación de los arenales de La Manga como herramienta de básica de adaptación al cambio climático que dé garantía de futuro a las playas, a la vez que se avanza en la descongestión urbanística y la mejora de la calidad de vida de los residentes y turistas. Además, la conservación de los arenales es una garantía para el mantenimiento a largo plazo de las playas, al ser un depósito de arenas. Por esta razón, consideran que las intervenciones de La Manga, particularmente las públicas, deben ir orientadas a la liberación de arenales y remodelación de edificaciones existentes para reducir la elevada densidad urbanística de La Manga.

Por todo lo anterior, ANSE lamenta que la Comunidad Autónoma destine los fondos europeos de La Manga a profundizar el colapso urbanístico con nuevas construcciones y viales en lugar de hacer propuestas de descongestión que supongan la recuperación de paisajes y espacios como atractivos para el turismo y espacios de calidad de vida para los habitantes.