Entre gritos, bocinas y reivindicaciones de colectivos vecinales, sindicatos y ciudadanos afines a MC y PSOE, que se concentraban a las 9.30 horas de la mañana a las puertas del Palacio Consistorial, Noelia Arroyo ha tomado posesión como alcaldesa de Cartagena. 

Lo hacía arropada por sus familiares y compañeros de partido, que acudían al Consistorio a primera hora. Entre ellos, Francisco Bernabé, Marcos Ortuño y Joaquín Segado, junto a la presidenta de la Autoridad Portuaria, Yolanda Muñoz. 

Como teniente de alcalde, ya que Arroyo acudía en calidad de candidata a la Alcaldía, Manuel Padín presidía el Pleno, que comenzó casi un cuarto de hora más tarde de lo previsto. “Quiero que sea un Pleno tranquilo y que demos un ejemplo de buen Gobierno a la ciudadanía”, afirmaba Padín mirando de reojo a los ediles de MC Cartagena, que mostraban ayer su rechazo a la ex alcaldesa Ana Belén Castejón y a Arroyo dando la vuelta a sus asientos durante el discurso de la ex regidora. 

Con Noelia Arroyo, José López, Leli García, Pilar García como candidatos a la Alcaldía de Cartagena y tras decidir que el voto sería secreto, los ediles fueron depositando uno a uno sus votos en una urna de cristal, por orden alfabético. 

Noelia Arroyo, con el bastón de mando junto a su predecesora, Ana Belén Castejón. Iván Urquízar

Mientras tanto, Castejón intercambiaba con Arroyo, sentada a su izquierda, miradas cómplices y gestos para tranquilizar a la ya alcaldesa, momentos antes de conocer los resultados. 

Sin sorpresas ni cambios de última hora, tal y como estaba previsto, Arroyo consiguió los 15 votos a favor del equipo de Gobierno, uno más de los que necesitaba para obtener la mayoría absoluta. 

Más tranquila, Arroyo juraba el cargo y recibía de parte de Castejón el bastón de mando de la ciudad portuaria. 

Noelia Arroyo, durante su discurso de investidura. Iván Urquízar

“La estabilidad institucional es un derecho de los ciudadanos y, por lo tanto, es una obligación de los políticos”, así comenzaba la alcaldesa popular su discurso tras tomar los mandos del Gobierno municipal. “Cartagena se enfrentaba a la amenaza de otros cuatro años de paralización y de bloqueo. Nosotros entendimos que nuestra responsabilidad era evitarlo, por difícil que fuera”, justificaba la regidora. 

“Nuestro acuerdo ha supuesto enormes costes personales para la mitad de este gobierno. Mis compañeros han tenido que hacer renuncias políticas muy dolorosas y las han asumido a cambio de la estabilidad y el progreso”, remarcaba Arroyo haciendo alusión a la expulsión de Castejón y sus concejales del PSOE hace dos años tras el pacto de Gobierno entre socialistas, populares y naranjas.

Arroyo agradeció a Castejón su gestión al frente del Ayuntamiento de Cartagena y anunció que durante los próximos dos años de mandato que tiene por delante pretende “sacarla de la crisis” y crear puestos de trabajo en la ciudad portuaria a través del turismo, la movilidad sostenible y el crecimiento económico del Puerto de Cartagena, dando más protagonismo a jóvenes y asociaciones vecinales. 

Simultáneamente, al otro lado de las puertas del salón de Plenos, los ediles de la oposición criticaban el relevo y lo calificaban de “vergüenza”. A su vez, decenas de vecinos protestaban contra la alcaldesa con una gran pancarta donde se podía leer: “Cartagena capital gastronómica, hoy chorizo del PP”. 

Aún así Arroyo se mostraba serena y terminaba su intervención afirmando: “que el ruido no nos impida avanzar”

Tras la investidura, el lídel del PP, Pablo Casado, felicitaba a Arroyo. También han estado presentes en el acto de investidura el presidente regional, Fernado López Miras, así como el secretario general del PP, Teodoro García Egea, el secretario general del PP de la Región de Murcia, José Miguel Luengo, el senador murciano del PP, Francisco Bernabé, y el vicealcalde de Murcia, Mario Gómez.