La historia de Hugo Dato, el bebé cartagenero que sufre graves secuelas como consecuencia de un diagnóstico tardío del síndrome de Kawasaki-que en un primer momento confundieron con coronavirus-, ha conmocionado a miles de personas que se han ofrecido a ayudar al pequeño. En un solo día se ha disparado la venta de las pulseras con las que se financia el tratamiento de rehabilitación de Hugo, quien perdió la función muscular y depende de una sonda nasogástrica.

«Habíamos recaudado unos 5.000 euros desde que empezamos la campaña y en solo 24 horas hemos alcanzado los 12.000», cuenta a esta redacción el padre del bebé, José María, quien apunta que él y su mujer, María Jesús, se sienten «abrumados» ante el aluvión de solidaridad que se ha desatado después de que el caso de Hugo se publicara en LA OPINIÓN. Incluso tiendas físicas de Cartagena se han interesado en vender las pulseras, formadas por una línea metálica que refleja el ritmo cardiaco del pequeño.

El corazón de Hugo se paró

Hugo nació «completamente sano» a finales de 2019 en Canteras, Cartagena. En marzo de 2020, cuando tenía solo cuatro meses y en pleno confinamiento por la pandemia, empezó a tener fiebre y otros síntomas como conjuntivitis y eritemas. Su médico ordenó que, dada la situación por la que atravesaban los centros sanitarios, no acudieran al consultorio ni a Urgencias, ya que podía tratarse de un caso de covid, y le recetó Apiretal.

Al ver que la fiebre no cesaba, acudieron a un médico privado, quien diagnosticó que los síntomas que presentaba el pequeño correspondían a un virus, pero en ese momento aún no había pruebas para saber si se trataba de coronavirus. Hugo se recuperó y «volvió a ser un niño feliz, sano y fuerte», cuenta su madre. Hasta el 27 de diciembre, cuando ya tenía poco más de un año de edad y comenzó la pesadilla: el corazón del bebé dejó de latir.

Afortunadamente, en el hospital Santa Lucía, al que acudieron inmediatamente, consiguieron que volviera a tener pulsaciones y le estabilizaron, para después trasladarlo al hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia. Fue entonces cuando descubrieron que Hugo tenía aneurismas en el corazón y que lo que le provocó las afecciones a los cuatro meses era la enfermedad rara que padeció, el síndrome de Kawasaki, que «se podría haber curado con un simple tratamiento, pero no lo detectaron, dieron por hecho que era covid», lamenta la progenitora. La falta de oxígeno en su cerebro durante el tiempo que su corazón estuvo parado le impide llevar una vida normal que trata de recuperar a través de costosas sesiones de rehabilitación.