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Gastronomía

La receta de cordiales que viaja por el tiempo

La Taberna de los Camachos cocina el postre típico como sus antepasados en el siglo XIX

La receta de cordiales que viaja por el tiempofelipe garcía pagán

La Taberna de Los Camachos es una especie de viaje en el tiempo. El olor a carne a la brasa, a dulces típicos de la zona, y a madera curtida en el tiempo, te llevan a otra época, cuando todo era, digamos, más natural. Antonio González es el herededero de un local que carga a sus espaldas casi siglo y medio de historia. Concretamente, desde que a finales del siglo XXI echó a andar como una tienda de ultramarinos. Era un tiempo en el que Los Camachos era un punto de cruce. El antepasado de los dueños de hoy en día, Isidoro González, vendía comida (pan, vino, etc.), pero también mercería, y los distribuían en carros por toda la comarca: La Palma, Cartagena, La Unión, Pozo Estrecho, etc.

Pero llegó un punto que la opción era renovarse o morir. La nueva autovía construida a finales del siglo XX provocó que la gente dejara de pasar por allí, así que la vieja tienda se transformo en una taberna ubicada en la entrada del pueblo. Sin embargo, nunca perdieron la esencia. La mayoría de los muebles del local, así como la decoración, tienen más de un siglo de historia, aunque es francamente complicado fijar la fecha exacta. Las puertas tienen aproximadamente unos 130 años, y el reservado, con horno moruno de piedra (típico de la zona) también está hecho de madera muy bien conservada. La zona de las barras es de pino Canadá, con más de un siglo de antigüedad.

Aunque el cordero segureño es la especialidad de la casa, hay una receta que ha pasado de generación en generación: la de los cordiales. La bisabuela de Antonio González ya los hacía siguiendo la misma receta que se utiliza hoy en día. Se trata de un producto típico de la zona, que se hace con almendra, huevos, azúcar, canela y raspadura de limón, sin ningún otro tipo de mezcla. Para hacerlo, primero se elabora el cabello de ángel, luego se elabora el mazapán, posteriormente se forman los cordiales y finalmente se hornea y se presenta en la mesa. Es un postre típico de estas fechas navideñas que se suele servir durante la sobremesa.

Este domingo los han hecho en cantidades industriales, unos 40 kilos, aunque todo el proceso sea cien por cien casero. Pero no solo son los cordiales, sino que la seña de identidad de la Taberna de Los Camachos son las comidas antiguas, como el guiso de pava con pelotas.

Con ganadería propia

Con ganadería propiaLos dueños de la taberna tienen su propia ganadería, que suminstra casi todos los productos cárnicos. Las ovejas son segureñas y las vacas son limousin pura raza. Además, es un lugar muy ligado a su propia comarca y a los productos selectos. El vino que sirven es de Pozo Estrecho, aunque también tienen 'riojas', y el aceite que se utiliza es puro de oliva virgen extra. «Todos los guisos son caseros: el guiso de pava, el cocido de Cartagena, y también tenemos dos recetas de fuera, la olla ferroviaria y la fabada», destaca Antonio González, que se encarga del negocio junto a su esposa, Paqui Blaya. Su hija menor, con 20 años, también trabaja allí, y está llamada a continuar una tradición gastronómica que se remonta hacia el siglo XIX, y que, quién sabe, si perdurará otros cien años.

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