La celebración de dos bingos a la misma hora en el local social del barrio cartagenero de Ciudad Jardín enfrenta a la asociación de vecinos con la de amas de casa. Ambas entidades organizan sendas rifas sin ánimo de lucro las tardes de los domingos desde hace varios años.

El presidente de la asociación de vecinos, Alfonso López, asegura que la normativa municipal impide que en los locales sociales haya dos rifas simultáneas. LA OPINIÓN ha consultado esto con el Consistorio, que desconoce si esto es así, «porque nunca se ha dado esta situación», apuntan fuentes del Gobierno local. Isabel Pagán, presidenta de la asociación de amas de casa, también afirma desconocer esta reglamentación. Si bien, López recalca que «cualquier día nos pueden hacer una inspección y levantarnos en peso». Teme que al celebrarse los dos sorteos en el local social que gestiona el colectivo que preside, sea él mismo el que se lleve la sanción. «Me van a buscar la ruina con el bingo», comenta.

Mientras tanto, la presidenta de la asociación de amas de casa subraya que «tiene todos los permisos de la administración para organizar sus rifas los domingos». E, incluso, añade que los bingos de las amas de casa se realizaban ese día mucho antes de que los hiciese la asociación de vecinos. El Ayuntamiento ha pedido a ambos colectivos que presenten sus permisos. Así, ratifica que las amas de casa lo tienen todo en regla, mientras que están a la espera de que se pronuncie la asociación de vecinos. Su presidente cuenta que no va a enseñarle ninguna documentación al Consistorio. Dice que su asociación puede hacer bingos como todas las que están dentro de la Federación Vecinal (Favcac). No obstante, Ciudad Jardín aún no está dentro de la Favcac, según cuenta este ente. La asociación ha pedido reingresar en ella, tras ser expulsada en julio de 2017 por las faltas de respeto de López a la anterior dirigente de la Federación, Cristina Roca. La reincorporación de Ciudad Jardín a la Favcac se votará en la próxima asamblea que organice la Federación, que aún no tiene fecha asignada.

Volviendo a los bingos, cada uno de los sorteos reúne a cerca de cincuenta participantes. No obstante, López comenta que está notando que pierde ‘clientela’, ya que señala que las amas de casa dan cheques regalo de unos grandes almacenes. El mayor de los premios es el de un vale de 50 euros, aunque también hay otros más modestos, como la botella de aceite o la cuña de queso, que se reparte cuando los agraciados cantan ‘línea’. Para contraatacar la caída de jugadores, el bingo de la asociación de vecinos también da ahora estos premios en forma de vale regalo. El cartón cuesta cincuenta céntimos en ambas rifas y los dos organizadores destacan que la recaudación se destina a actividades culturales y al mantenimiento de sus respectivas asociaciones.

Además, las amas de casa pagan 150 euros al mes a la asociación de vecinos, en concepto de alquiler del local. Allí también desarrollan talleres varias tardes a la semana; aunque Pagán cuenta que una de las clases, de bordado, ha sido suspendida porque la profesora no quiere impartirla tras tener varias discusiones con el presidente de la asociación de vecinos. López niega esto. «Yo no me como a nadie», subraya el acusado, que también cuenta que «lo más que puedo haber dicho es que si está dando clase sin estar dada de alta puede recibir una sanción administrativa». Pagán cuenta que esta monitora no cobra nada por sus clases.

El presidente vecinal critica que las amas de casa solo hacen bingos. Sin embargo, la presidenta de esta asociación afirma que también hacen comidas y actos culturales. Igualmente, la responsable de las amas de casa explica que «este hombre nos está haciendo la vida imposible». Por su parte, López vuelve a negar las acusaciones de esta mujer y desvela que «todo empezó porque esta señora necesitaba que yo le hiciera una factura para que le dieran una subvención municipal». Pagán cuenta que estos comprobantes de pago que solicita son para certificar el abono del alquiler del local, pero López comenta que su asociación no puede emitir facturas y que este importe fue acordado con el Ayuntamiento en su momento para que las amas de casa sufraguen parte de los gastos de mantenimiento del inmueble. Por último, el Ayuntamiento se ofrece a mediar entre ambos colectivos para encontrar una solución que contente a todos. López quiere que los bingos de las amas de casa se hagan los sábados, algo que ellas descartan.