Las tropas navegantes carthaginesas llegaron ayer por la tarde a la ciudad para acompañar a Aníbal en su lucha contra el Imperio Romano. Los grupos festeros Tirios, Himilcón, Adherbal, Navegantes de Bomílcar y Honderos Baleares desembarcaron en la terminal de cruceros, desde donde desfilaron hasta el escenario habilitado en la Explanada del Puerto. Y, mientras que los recién llegados del mar se acercaban hasta este punto, se desarrolló la contratación de mercenarios en los campamentos que improvisaron junto al graderío. Algo que agradeció el numeroso público que se congregó para ser testigo de la historia. La gente pudo ver prácticamente en primera persona cómo los mercenarios Íberos, Celtas, Uxama, Honderos Baleares, Lusitanos y Lobetanos se iban sumando a la causa del líder de Qart Hadast.

Aníbal ya había sido informado por sus hombres de confianza del odio que sentía por su pueblo el general romano Publico Cornelio Escipión, tras la destrucción de la ciudad romana de Sagunto. De hecho, los ocho meses de batalla entre saguntinos y las tropas carthaginesas fueron el desencadenante de las Guerras Púnicas, pese a que las legiones romanas dejaron a su suerte a esta urbe. Sabiendo que la historia se escribe con sangre, una vez que Aníbal reunió a todo su ejército para la batalla, centenares de festeros escenificaron con tambores y gritos de guerra la marcha contra Roma en un pasacalles que acabó en el Campamento festero.