La Comisión de Industria de la Asamblea Regional aprobó ayer por unanimidad una moción del PP en la que exige al Gobierno central que mantenga su apoyo a Navantia como «máximo exponente» de la industria naval española y que promueva la contratación de nuevos proyectos que garanticen la carga de trabajo de los astilleros de la compañía estatal.

Durante el debate, el defensor de la moción y diputado popular, Domingo Segado, criticó la descoordinación y dudas generadas por el Ejecutivo español en la gestión de los contratos firmados con Arabia Saudí, tras el anuncio de no vender bombas al país asiático, si bien se felicitó por que la situación se haya resuelto favorablemente.

Por su parte, el diputado socialista Antonio Guillamón acusó a los populares de estar «removiendo irresponsablemente» este tema para «enfrentar» a los trabajadores de Navantia con el Gobierno central.

Desde la bancada de Podemos, Andrés Pedreño, aseguró que la situación actual de Navantia es consecuencia «directa» de las «nefastas políticas» de los anteriores gobiernos del PP, que «han dejado abandonada a su suerte» a esta empresa.

Finalmente, el parlamentario de Ciudadanos Miguel López-Morell consideró la moción «extemporánea» al afirmar que ya han sido aclaradas las dudas generadas por el Gobierno central, según apuntó.

El astillero, en el Congreso

La situación de Navantia ha llegado hoy al Congreso de los Diputados también en la sesión de control al Gobierno central. El diputado del PP Ricardo Tarno arremetió contra la ministra de Defensa, Margarita Robles, y la acusó de «poner en riesgo al Estado» y pidió su dimisión.

Como respuesta, Robles sostuvo que lo único que ha hecho desde que llegó al Ministerio ha sido «corregir omisiones, retrasos o cláusulas secretas en los contratos» de sus antecesores. Y puso como ejemplo la construcción de los submarinos S-80 o las fragatas F-110, paralizados en los astilleros de Navantia en Cartagena y Ferrol.

En este sentido, la ministra insistió en preguntar por qué se mantuvo «en stand by» la construcción de los sumergibles tras numerosos imprevistos técnicos y subrayó que tuvo ella que viajar a Cartagena para «solucionar el problema». También reiteró la situación de las fragatas F-110 y sugirió que «intereses empresariales» estaban detrás de la paralización de su construcción.