Yo nunca me atrevería a afirmar que la totalidad de los cartageneros son totalmente partidarios de que Cartagena y su histórica comarca se constituyan en una provincia, siempre dentro de la estructura actual del estado español. Pero sí puedo mantener que una inmensa mayoría de los mismos si desean que tengamos un mayor reconocimiento a nuestro pasado histórico, un justo reparto de los presupuestos regionales y la puesta en valor de todas nuestra posibilidades, las cuales, nadie duda de que podrían potenciar el crecimiento económico y social de toda la Región, y estos nobles y democráticos sentimientos se pueden materializar dentro del orden constitucional con la restitución de la provincia.

Esta diferencia entre totalidad y mayoría, está muy influida por la afiliación o voto cautivo, de los dos grandes partidos nacionales, como son el PP y el PSOE. Tampoco puedo aceptar que dicho sentimiento ciudadano, sea solo la expresión pueblerina de una simple rivalidad entre núcleos de poblaciones cercanas, ni tampoco se puede justificar como una aspiración separatista o de sentimientos nacionalistas, pues ninguna de estas afirmaciones son el fundamento de nuestras sentimientos.

Los cartageneros hemos sido testigos pasivos en la configuración autonómica de nuestra propia Región, de la que fuimos protagonistas principales, donde se manipuló y silenció el importante, extenso y trimilenario pasado histórico protagonizado por Cartago Nova, donde la Murcia actual, tardo más de mil años en aparecer. Dicha configuración no fue votada por los ciudadanos de la Región, entre ellos los cartageneros, que nunca hubieran votado a favor de la misma, y solo fue ratificado por los gobiernos municipales. Los fundamentos históricos de la Comunidad actual, solo aparecen con Alfonso X el Sabio y la cobarde huida del obispo de Cartagena, aun sin justificar y que tanto daño a hecho a la sede de su nombre. Aún al día de hoy, tenemos que ser testigos pasivos de un asfixiante centralismo que impide desarrollar todas nuestras variadas posibilidades de crecimiento. La capacidad portuaria de la Región está ubicada en Cartagena y las mismas aún carecen de conexiones ferroviarias que están impidiendo su competitividad. El deseado Corredor Mediterráneo que dará servicio a los puertos en su recorrido se lleva a una ciudad interior, que resulta ser la capital de la Comunidad y situada a más de 70 kilómetros de sus costas.

La beneficiosa llegada de la Alta Velocidad sigue sin iniciarse para su llegada a Cartagena y se retrasará aún más por haberse declarado de 'máximo interés regional', el soterramiento a la Estación del Carmen, situada en la capital. El proyectado puerto de contenedores situado en El Gorguel, no es, ni lo será prioritario para el Gobierno regional que desprecia el movimiento de carga de tres millones de contenedores. Nuestras comunicaciones por carretera con el Sur y el Levante, son con autopistas de peaje.

En Cartagena tenemos el mayor y variado parque arqueológico de toda la costa y sigue sin ponerse en valor, y tampoco se inicia el expediente para conseguir que Cartagena sea 'Patrimonio de la Humanidad', aceptando que ciudades como Tarragona, con menor patrimonio, si lo sean, lo que está ralentizando nuestro desarrollo turístico, que evitaría en gran parte, la estacionalidad de sol y playa.

El Mar Menor lleva agonizando varios años y desde la capital no se han dado cuenta hasta este año. Por falta de voluntad política y falta de infraestructuras el mayor polígono industrial de toda la Región sigue sin ponerse en valor. Los grandes núcleos turísticos de nuestras costas siguen con deficientes comunicaciones entre ellos.Por su actual extensión, su capacidad de crecimiento así como el poder alternar sus cultivos cada temporada, la agricultura practicada en el Campo de Cartagena será uno de los pilares básicos de la economía regional. La lista de nuestras posibilidades es y podría ser, aún mucho más extensa.

En la mente de los que fundamos el Partido Cantonal, nunca estuvo la anulación de la capitalidad regional ni su sustitución, aunque si aspiramos a cambiar el nombre de la comunidad autónoma para que todos los habitantes de la misma, pudieran integrarse sin renunciar a sus propios gentilicios, y así consolidar un sentimiento regionalista del que ahora nadie participa, pues somos la única comunidad uniprovincial donde el nombre de la misma es el de la propia capital, lo que produce un mayoritario rechazo.

Nosotros los cantonales, nacimos como un partido político con fundamentos municipalistas y provincialistas, con una meta muy definida, como era conseguir la provincia para nuestra comarca, sentimiento mayoritario y con fundamentos históricos, como queda patente en la mayor manifestación realizada en Cartagena y organizada por nuestro partido en 1978 y que al día de hoy perdura en otros colectivos ciudadanos. Todos los presidentes de la comunidades uniprovinciales reunidos en San Martín de la Cogolla reconocieron en un documento firmado por unanimidad, que por no tener provincias, estaban siendo perjudicados por los Presupuesto Generales del Estado, es decir, que nosotros también somos perjudicados.

La posible y beneficiosa provincialidad de Cartagena, confirmaría nuestra irrenunciable pertenencia a esta Región y beneficiaría a todos los municipios de la misma, pues la puesta en valor de todas las potencialidades de su comarca ayudaría a mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes, y al tener mayor capacidad política a nivel nacional, tendríamos más fuerza para reclamar y resolver nuestras históricas carencias, que con la estructura uniprovincial aún no hemos podido resolver.