«El pasado 8 de diciembre el Papa Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro de la ciudad de Roma dando así comienzo al Jubileo Extraordinario de la Misericordia». Con estas palabras inició ayer el capellán marrajo Fernando Gutiérrez Reche su homilía a los cofrades en el acto del Miserere.

Al principal acto paralitúrgico de la cofradía marraja asistieron autoridades civiles, militares y religiosas que acudieron fieles a su cita con el Nazareno a la iglesia castrense de Santo Domingo.

Asimismo, Gutiérrez Reche hizo hincapié en que esta llamada a la misericordia va dirigida en especial a los pecadores. Y también que «esta Cuaresma es para redescubrir a un Padre Dios que nunca ha abandonado a los hombres», dijo junto al altar. Un Evangelio del Miserere que, según el capellán de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, «nos presenta un claro testimonio de misericordia del Señor».

En este sentido, Gutiérrez Reche destacó que «en esta noche marraja Jesús Nazareno nos mira en nuestras debilidades, miserias y pecados; y quiere salir a nuestro encuentro porque nos ama».

En su homilía no faltó un recuerdo al milagro de los panes y los peces. Así como una invitación a los fieles para que éstos contribuyan con su dinero o con su tiempo ayudando a la Fundación Marraja. «Nuestra misericordia debe ser generosa y personal, comprometida con los necesitados», añadió.

Decenas de fieles participaron anoche en la procesión claustral celebrada en la iglesia castrense de la calle Mayor. Todos ellos entonaron el Salmo 50, conocido como Miserere. Durante el acto también se bendijo el romero que los penitentes morados repartirán durante las procesiones esta Semana Santa.

El templo de Santo Domingo se quedó pequeño para acoger a los fieles, entre los que estaban, además del hermano mayor, Domingo Bastida, decenas de cartageneros de todas las cofradías de la Semana Santa de Cartagena.