Los especialistas han conseguido introducir en la costa de Cartagena dos nuevas poblaciones de manzanilla de Escombreras, una en la Cala del Bolete Grande y otra en la Algameca Chica, así como la reintroducción de la población que había desaparecido a finales del siglo pasado en la Punta de Aguilones, en la zona continental de Escombreras. Esto ha sido posible gracias al proyecto que han llevado a cabo en el último año la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), el Puerto de Cartagena y la Fundación Biodiversidad para proteger esta especie.

Tras casi un año de ejecución del proyecto de conservación de la manzanilla de Escombreras, todos los objetivos inicialmente planteados se han conseguido con gran éxito. Estos resultados se han dado a conocer esta mañana en la Jornada Técnica que se ha celebrado en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la UPCT, donde especialistas en la conservación de flora amenazada de otras comunidades autónomas han compartido sus experiencias en este campo científico.

La jornada la han inaugurado el Rector de la Universidad Politécnica de Cartagena, José Antonio Franco, del director de la Oficina de Impulso Socioeconómico del Medio Ambiente, Juan Madrigal, el presidente de la Autoridad Portuaria, Antonio Sevilla, y la docente de la Politécnica encargada del proyecto, María José Vicente.

La manzanilla de Escombreras es una especie en peligro de extinción que tan solo se encuentra en las costas de Argelia y en Cartagena, donde se conocen únicamente dos pequeñas poblaciones, una en La Azohía y otra en la Isla de Escombreras, según informaron fuentes de la institución docente en un comunicado.

El proyecto, desarrollado por la Escuela de Ingeniería Agronómica de la Universidad Politécnica de Cartagena, ha contado con el apoyo económico de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (que, del presupuesto total de 52.000 euros, ha financiado 26.000) y la Autoridad Portuaria de Cartagena, que ha aportado otros 20.000.

Con esta acción de conservación en el hábitat de la especie se pretende mejorar la conexión ecológica de las dos únicas poblaciones naturales que existen en Europa, garantizando con ello la recuperación del estado poblacional y la disminución de la amenaza de extinción de esta especie. Según ha asegurado el Rector de la Universidad, con el proyecto se han cumplido los objetivos propuestos que eran "estudiar esta especie y empezar a poner las medidas para que no se extinga, recuperar los hábitats y estudiar los parámetros del suelo que afectan a la especie".

Para él, con un proyecto de este tipo "se da un paso importante" para mantener los hábitats originarios e introducir nuevas poblaciones.

Por su parte, Madrigal considera que el proyecto "excelente ejemplo de colaboración entre instituciones". Además, ha dicho que este proyecto complementa el plan de recuperación de las especies en peligro de extinción, a lo que ha añadido que "en breve" se elevará al Consejo Asesor regional de Medio Ambiente el Plan de Recuperación del Garbancillo de Tallante y se continuará trabajando para proteger otras especies amenazadas.

La investigadora María José Vicente ha manifestado que "es muy aventurado" decir que ya se ha salvado la Manzanilla de Escombreras, pero ha afirmado que con este proyecto se han introducido nuevas poblaciones en la costa de Cartagena y se ha reintroducido una población nueva que desapareció a finales del siglo pasado.

En cuanto al presidente de la Autoridad Portuaria, Antonio Sevilla, ha manifestado que las cuestiones ambientales "son una oportunidad para complementar nuestra actividad". Sevilla ha mentado la cátedra del Campus Mare Nostrum en la que se quieren recoger proyectos de las dos universidades públicas de la Región para dar a conocer a la sociedad problemáticas como ésta.

Un proyecto en dos fases

La introducción de estas nuevas poblaciones se ha llevado a cabo en dos fases. En la primera, durante los meses de marzo y abril, se plantaron miles de ejemplares de manzanilla en estado de prefloración que habían sido cultivados en los viveros que la Escuela de Ingenieros Agrónomos tiene en La Palma, con la intención de que la floración y posterior diseminación de semillas se produjese en las nuevas zonas de introducción dando lugar a la primera generación natural de plantas.

En una segunda fase, en septiembre, estas jóvenes poblaciones de manzanilla se reforzaron con la siembra de semillas recolectadas en las dos poblaciones naturales para aumentar su probabilidad de supervivencia y su establecimiento a largo plazo.