Un estudio revela que adelantar la alimentación piscívora del atún rojo aumenta su supervivencia

Así se desprende de un estudio sobre el cultivo larvario del atún rojo y el bonito en cautividad que han llevado a cabo investigadores del centro murciano del IEO en colaboración con expertos de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), la Universidad de Bergen (Noruega) y la empresa Caladeros del Mediterráneo.

Según han detallado los investigadores en un comunicado, las larvas de atún rojo y de bonito que se cultivan en cautividad requieren un proceso complejo en su alimentación a través de una primera fase en la que se alimentan de plancton, otra en la que lo hacen con larvas de otros peces (piscívora) y una última basada en pienso.

Otras especies cultivadas en cautividad como la lubina o la dorada pasan de la primera a la tercera fase casi de inmediato, sin embargo en el caso del atún rojo y el bonito el proceso es más complejo, y es determinante en la supervivencia de las larvas y en su crecimiento posterior.

Según los resultados del estudio, para mejorar la supervivencia y el crecimiento de ambas especies es importante adelantar al máximo posible la fase de alimentación piscívora.

El estudio indica también, a partir de los experimentos llevados a cabo, que las larvas de atún rojo y de bonito seleccionan las presas durante esa fase de alimentación piscívora no sólo por su tamaño, sino también en función de la especie de la que se alimentan.

Esas conclusiones servirán para mejorar el cultivo de las larvas de ambas especies, algo en lo que el centro murciano dependiente del IEO lleva años trabajando.

Así, entre 2010 y 2011 los investigadores del centro obtuvieron los primeros alevines de atún rojo producidos en cautividad, y se logró cerrar el ciclo productivo del bonito en cautividad con la puesta de huevos por ejemplares que habían nacido a su vez en cautividad.