El pasado día 9 de mayo tuve el gran honor de recibir; junto a mi compañero de fatigas, profesor, escritor y crítico literario Antonio Parra Sanz, el Premio Mandarache a la Mejor Labor de Fomento de la Lectura. La sorpresa y la alegría fueron máximas para nosotros. No podíamos imaginar, por lo menos yo, que algo que llevamos haciendo, convencidos de su necesidad, hace muchos años como es divulgar la lectura, dar a conocer autores, acercar a los escritores al gran público para que vean que son como ellos, de carne y hueso, fuese merecedor de un premio, y no de cualquiera de ellos sino nada más y nada menos que un Mandarache, pilotado por Alberto Soler. Otorgado por un grupo de 'locos' enamorados de la lectura que posiblemente trabajan más que nosotros en su difusión y fomento. A todos ellos gracias, gracias y gracias. Procuraremos no defraudar su confianza y seguir en la misma línea y con más fuerza más, si cabe.

¿Cuáles son las ventajas que encierra la lectura? No por sabido y mil veces repetido sobra algún que otro recordatorio. La lectura es una puerta abierta al conocimiento y a la recreación; por lo tanto, si contamos con este hábito y hemos desarrollado la competencia lectora, tenemos una gran ventaja para comprender y aprovechar mejor los distintos contenidos con los que diariamente nos enfrentamos. Además, aumentamos tres 'habilidades' como son escuchar, hablar y escribir.

La lectura desarrolla la inteligencia lingüística y posibilita comprender la información contenida en cualquier texto, al tiempo que se asimila de un modo crítico. Ayuda al desarrollo del pensamiento abstracto y estimula la imaginación. Nuestra sociedad actual se caracteriza por una sobreabundancia de información, por lo que la lectura comprensiva es clave para convertir la información en conocimiento. Junto a todo esto, consideramos que la lectura no solo es un instrumento fundamental para el aprendizaje sino una forma enriquecedora y placentera de ocupar el tiempo libre.

En los colegios, institutos y universidades existen planes para acostumbrar a los alumnos a leer. Evidentemente, desde la más tierna infancia hay que posibilitar, reitero, la lectura comprensiva, no únicamente leer por leer, pues ésta es básica para poder cursar con máximo aprovechamiento las distintas asignaturas. Capítulo interesante es potenciar dicha comprensión para manejarse mejor en las asignaturas llamadas de ciencia. Hemos de comenzar con lecturas 'livianas' y adaptadas a las correspondientes edades, teniendo en cuenta lo que han leído y lo que no, así como autores asequibles para, poco a poco, ir aumentando la intensidad de la lectura. De lo contrario corremos el riesgo de que abandonen antes de comenzar.

Dentro del fomento de la lectura debemos contemplar un apartado básico, el de dar a conocer a autores noveles, poco conocidos, pero con altura literaria suficiente para presentarlos en sociedad y pelear por ellos. Es sabido que el de 'escribidor' es un oficio solitario, quizás el más solitario de todos. Una vez que lo escrito está en la calle, en el momento en que ya no depende del autor, es cuando hay que unir al lector con el padre de la criatura y de esta manera abrir el apetito por esa lectura, por esos momentos en los que hacemos comunión con el libro y por ende con el escritor pertinente. Por lo tanto, y es lo que nos gusta, dar a conocer al autor es básico, ya que cuando el lector conoce de primera mano y habla con aquel que le ha hecho pasar un buen rato hemos realizado una labor redonda.

Hay que estar también pendientes de la 'tercera edad', pues la lectura es un método preventivo del alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas. La literatura es una cura para la soledad, cuando el libro es interesante atrae toda nuestra atención y la soledad simplemente desaparece porque el libro se va convirtiendo en una agradable compañía y en el mejor medicamento, ya que nuestros músculos se destensan y el cerebro queda libre de tensiones y estrés. Seguiremos con el fomento de la lectura.