En los últimos días distintas localidades de la Región de Murcia han sufrido pequeños movimientos sísmicos que generan cierta alarma social. Desde el Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de la Región de Murcia, dada nuestra responsabilidad de contribuir al interés general desde el ejercicio de nuestras funciones, queremos repasar algunos apuntes que pueden ser útiles para que los ciudadanos conozcan mejor cómo actuar en caso de terremoto dentro de un edificio.

¿Qué es un terremoto? Conocemos como terremoto a los movimientos o sacudidas bruscas de la corteza terrestre, y que se producen como consecuencia de la liberación repentina de energía en el interior de la Tierra. Los movimientos son habituales y en la mayoría de ocasiones imperceptibles, salvo a través de sismógrafos.

¿Es la Región de Murcia una zona sísmica? Existen distintas formas de medir la actividad sísmica de una región, así como la incidencia en los últimos años, que facilitan la elaboración de mapas de peligrosidad sísmica. Los datos existentes reflejan que nuestra Región es una zona de actividad sísmica moderada, en la que se producen pequeños terremotos dispersos. Pese a que todos tenemos en la memoria los terremotos de Lorca del año 2011 que causaron víctimas mortales e importantes daños en la ciudad, la gran mayoría de ellos no causan ningún daño a las estructuras, y ni siquiera son percibidos por el ser humano.

¿Cómo afectan los terremotos a los edificios? El movimiento vibratorio de la corteza produce fuerzas de inercia que sacuden los edificios de forma vertical y horizontal. Estas sacudidas provocan que el edificio 'tiemble', de modo que si la estructura no está correctamente diseñada, y no cuenta con la adecuada combinación de ductilidad y resistencia, ésta puede sufrir daños. También influyen las características del suelo sobre el que se asienta una estructura. Los edificios se diseñan y construyen teniendo en cuenta la Norma de Construcción Sismorresistente, de obligado cumplimiento. Esta normativa, del año 2002, establece unos criterios constructivos de modo que los edificios contemplen proporciones, materiales, y resistencia suficiente para soportar los movimientos sísmicos habituales, y evitar el colapso del edificio, esto es, que no se derrumbe. La norma es aún más estricta para aquellos edificios que acogen servicios básicos, como hospitales o instalaciones estratégicas, y que en caso de catástrofe serían imprescindibles.

¿Qué clase de medidas podemos tomar antes de un terremoto? Lo primero que debemos tener en cuenta son las recomendaciones de servicios como Protección Civil, que son expertos en actuar en caso de situaciones de emergencia. En cuanto a nuestras viviendas, es conveniente comprobar la correcta sujeción de todos aquellos elementos que puedan desprenderse en caso de terremoto: azulejos, macetas, barandillas, cornisas, etc. Por otro lado debemos evitar colocar objetos de peso en la parte alta de armarios y estanterías, y sujetar éstas a la pared. Así mismo conviene contar con un botiquín completo y una linterna en un lugar fácilmente accesible. También es útil que todos los habitantes de una vivienda tengan previstas las actuaciones en caso de terremoto realizando algún ensayo o simulacro.

¿Qué es lo más recomendable en el momento del terremoto? Si notamos un temblor debemos cubrirnos la cabeza y buscar rápidamente un lugar seguro dentro de la vivienda, como debajo de una mesa resistente, o junto a pilares y columnas, incluso bajo el dintel de una puerta. En todo caso debemos evitar situarnos junto a ventanas o cristales, dado que estos estallan fácilmente. También descartaremos posicionarnos bajo estanterías o cualquier lámpara u objeto de peso que sea susceptible de caída o desprendimiento.

¿Y después? Es importante evitar situarnos junto a fachadas por el riesgo de caída de elementos, así que debemos mantener la calma y buscar un lugar abierto y seguro. Evitaremos también encender cerillas o mecheros en el interior de los edificios, dado el riesgo de rotura de tuberías de gas. Del mismo modo no es conveniente asomarse por miradores o balcones, ni usar el ascensor.

¿Qué actuaciones realiza el Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación en caso de terremotos? El Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de la Región de Murcia es uno de los firmantes del Convenio para la implantación y mantenimiento del grupo de evaluación sísmica del Plan SISMIMUR, que es el Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico en Región de Murcia (SISMIMUR), y su objeto principal es conocer la peligrosidad existente en la Región de Murcia frente a este riesgo, estimar la vulnerabilidad de las construcciones cuya destrucción pueda ocasionar víctimas, interrumpir un servicio imprescindible o aumentar los daños por efectos catastróficos asociados, así como establecer la organización y los procedimientos de actuación de los recursos y servicios cuya titularidad corresponde a la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y los que puedan ser asignados al mismo por otras Administraciones Públicas, al objeto de hacer frente a las emergencias por terremotos ocurridos, o bien, formando parte de la organización del Plan Estatal, prestar el concurso necesario cuando tales situaciones se produzcan en cualquier otra parte del territorio nacional.

El Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación forma parte de los distintos grupos de acción que evalúan y valoran de forma rápida y rigurosa los daños en las estructuras en caso de terremoto, facilitando a las familias la información necesaria para saber si una vivienda o local es o no accesible por su seguridad o el peligro de derrumbe.

Este convenio también es la base que facilita que muchos profesionales de nuestro Colegio se formen en materia de riesgo sísmico, y actúen, en caso de ser necesario, como voluntarios, como así fue en los terremotos de Lorca del año 2011.

El Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de la Región de Murcia siempre está en disposición de poner a los técnicos que lo integran al servicio de la ciudadanía, las instituciones, y el interés general de la Región.