Resulta grato que después de años de «¡AVE ya y como sea!», ahora, tras escuchar un poco a la ciudadanía, hayan cambiado el disco y todos pronuncien e incluyan la frase «¡Soterramiento ya!». Sin embargo, como bien dice Juan Bravo, la credibilidad no se pide, se gana. Para ganarla en Murcia lo tienen bien fácil. Tras años de mentiras, los vecinos de la Región lo dicen alto y claro: el AVE, soterrado, y los pasos a nivel, abiertos hasta que llegue el agujero, y a Madrid por Camarillas, que es nuestra línea histórica, en un tren híbrido.

Estas tres opciones son las que manejan los vecinos y no creemos que se vayan a bajar de la burra por mucho que ustedes quieran. Esto no es nuevo, ni de ayer, ni de hoy; el Ayuntamiento, tiene aprobada una moción desde octubre de 2015 sobre una comisión de seguimiento de las obras con la presencia de los vecinos, con la oposición del PP que no que no quería ni quiso escucharlos; el equipo de gobierno la convirtió en inoperativa, para no oír a nadie que no fueran sus palmeros, y a continuación, de nuevo, crearon otra comisión, esta vez controlada por ellos mismos, donde una vez más se negaron a que participaran los vecinos. Ahora tenemos una tercera comisión, en la casa de todos, la Asamblea Regional, a la que esperamos que vayan Juan Bravo, Ana Pastor, y el ministro De La Serna, a explicar cómo tratan a Murcia y los sucesivos cambios de opinión sobre la obra: que si Beniel sí, que si Beniel no, que apeadero en Los Dolores, para después olvidarlo.

Pero esta comisión tampoco vale, y ahora hemos de crear una cuarta, que esta vez sí es la buena, para ver si así entramos en razón, para que Murcia, que es una colonia de Madrid, si no aprende por las buenas, aprenda por las malas; pues tras haber dejado que los delincuentes actuaran impunemente al no poner los medios suficientes, como se han quejado los sindicatos policiales, el ministro de Bilbao (nunca te fíes de los guapos) ha decidido tener cortado el tráfico ferroviario durante seis días, lo que merece nuestra reprobación, sin otra razón que las amenazas de variado tipo, las presiones, la retirada de la publicidad institucional o el aumento de la misma a ciertos medios dispuestos a cambiar de opinión, no están dando el resultado que querían, dado que en el mundo moderno la información corre por muchos caminos y desde hace ya mucho tiempo los medios clásicos carecen de su monopolio.

Aceptemos la realidad. En este asunto, como ya hemos dicho muchas veces, no sólo han sido unos chapuzeros, sino que además han ido siempre detrás de los vecinos. Desde el inicio pedimos «Soterramiento Ya» y sólo tras largo tiempo de manifestaciones nos dieron 530 metros del soterramiento, cuando el Protocolo de 2006 comprendía hasta Nonduermas y era de obligado cumplimiento. A pesar de eso, nosotros seguimos, por el bien de nuestra Región, con nuestra frase de siempre: «No al AVE sin soterramiento», que el AVE llegue soterrado; entonces nos dieron un cambio de fases, motivado por los problemas jurídicos que suponía un puente de quita y pon, que vendieron como la solución a un partido político en 2015, pero que no firmaron en el Consejo de Administración de ADIF hasta que no volvieron a empezar las movilizaciones, septiembre de 2017, en que la Plataforma siguió pidiendo el soterramiento, y gracias a nuestros planos cayeron en la cuenta de que era posible soterrar la estación; y por fin nos ofrecieron los siguientes metros, de los que no tenemos proyecto y que dejan fuera todo el tramo de trinchera posterior y al pueblo de Nonduermas, algo que no podemos aceptar porque las pedanías también son Murcia, aunque para ellos no lo sean.

Seamos sinceros, ustedes siguen en sus trece, podían haber traído el AVE a Cartagena haciendo Región, pero no quisieron y ahora que se han dado cuenta de que lo importante es el soterramiento, nos quieren dar AVE y soterramiento, con un juego de palabras que, usando la conjunción copulativa 'y' incluya ambas operaciones. Lo sentimos, no es eso lo que quieren los vecinos, que leen ávidamente lo sucedido en Valladolid: ellos quieren soterramiento y, después, AVE. Y esto implica que la vía provisional, necesaria (¿quién lo duda?) no sea nueva, sino una transformación en la actual para que se mantenga sólo el tráfico presente, lo que permitiría el mantenimiento de los pasos a nivel excepcionalmente, pues los mismos se usarán para los camiones que saquen el escombro de la construcción del cajón.

Pero ustedes no quieren eso, pues su intención es traer el AVE y ya, quizás, el soterramiento. Éste es el sentir de los vecinos y por ahí no están dispuestos a pasar. Han sido malos vendedores durante treinta años y la ciudadanía quiere imponerles su fianza: el AVE por Alicante ha de llegar soterrado, los pasos a nivel abiertos hasta que empiece el agujero, a Madrid por Camarillas en un tren híbrido y el Corredor Mediterráneo con circunvalación, como en otros lugares de España.

Ya está bien de ser las cenicientas de este país.