En todos los pueblos, villas, ciudades y allí donde se reúne un grupo de personas siempre hay algún elemento que destaca sobre los demás que sirve de referencia o seña de identidad que señala a un edificio, a una calle, a un barrio o incluso a toda una ciudad o un país.

Podemos encontrar múltiples ejemplos a poco que hayamos viajados o simplemente visto por televisión: la Muralla China, la Torre Eiffel, la Estatua de la Libertad, el Acueducto de Segovia, la Sagrada Familia de Barcelona, etc. Por eso cuando alguno de estos elementos desaparecen nos quedamos huérfanos y nos sentimos raros. Es por ello que debemos tener mucho cuidado con ellos y si, en algún momento, hay peligro de que dejen de existir o de desarrollar la labor para la que fueron creados? todos a una debemos pedir su restauración o restitución.

En Cartagena existe un reloj en la calle Mayor, en la fachada del Banco Sabadell. Exactamente en el conocido como edificio Serafín Cervantes, ya que, y a modo de curiosidad, Serafín Cervantes Contreras, que había hecho una ingente fortuna en el negocio minero, era un habitual del Casino de Cartagena, por lo que decidió ingresar como miembro, aunque sorprendentemente no quisieron admitirlo, pues al parecer tenía origen humilde. Sintiéndose muy contrariado con la decisión del Casino estuvo pensando cómo devolverles la jugada hasta que encontró una forma: comprar el edificio que se encontraba justo al lado del mismo. Allí decidió construir este gran edificio modernista que le hiciera sombra al propio Casino. Pues bien, dicho reloj fue inaugurado en la tarde del 29 de marzo de 1985, vísperas del Viernes de Dolores, asistiendo el alcalde, Juan Martínez Simón, el presidente del Consejo Comarcal de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, almirante Francisco Javier de Elizalde y Lainez, otras autoridades, consejeros e invitados.

La presencia del reloj en la fachada se debe a que «con motivo del derribo y posterior construcción del edificio Castilla y para la instalación de andamios, se retiró un moderno reloj digital de banderola de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, pasándose a los órganos de gobierno de ésta el estudio y aprobación de la instalación de otro más propio, respetuoso con el entorno y que cuadrara a la imponente fachada».

Todas las personas, propios y extraños, que pasean a diario por dicha calle ven un reloj que tiene brazo de herraje abatible, con dibujo modernista, al igual que las rejas de las ventanas inferiores; a modo de farol, con las esferas horarias a dos caras, y las otras dos con el anagrama de la Caja; giratorio y con sonería regulable, marca Patek Phillipe, construido por Carlos Rubio y Relojería Valverde, de Murcia.

Dicha observación, ahora, es silenciosa. Antaño, ese paseo era acompañado en ciertos momentos por una agradable composición musical, distinta según la época del año.

Han sido muchas las personas que se han dirigido a mí para pedir que me hiciera eco del malestar que hay entre muchos cartageneros por la supresión de dichas melodías. Me han solicitado, y así lo hago, que ejerza de altavoz ante los nuevos responsables bancarios para que dicho reloj vuelva a reproducir la música que tan querida era por los viandantes.

¿Cuáles eran los sonidos musicales que durante muchos años oíamos al pasear por la calle Mayor? Veamos: del 7 de enero al Miércoles de Ceniza, Suspiros de España; Miércoles de Ceniza a Domingo de Resurrección, Marcha rápida de Granaderos Californios; Lunes de Pascua a 31 de agosto, Suspiros de España; del 1 al 30 de septiembre, Sinfonía Carthaginense de Benito Lauret; del 1 de octubre a 7 de diciembre, Suspiros de España, y del 8 de diciembre a 6 de enero, Campanas de Navidad?

El pasodoble mencionado fue compuesto por el maestro Antonio Álvares Alonso en 1897 en Cartagena. En uno de sus habituales recorridos nocturnos, el compositor se detuvo delante de la Confitería España (situada en los bajos del edificio Cervantes), donde llamó su atención un dulce hecho a partir de avellanas finas cubiertas de caramelo transparente llamado 'suspiros', lo que le inspiró para poner nombre a su reciente creación.

Señores responsables del Banco Sabadell, por favor, devuelvan la voz al reloj.