Vivimos tiempos de cambios muy importantes. Creemos que nos adaptaremos a todo lo que pueda venir, porque ya hemos cambiado muchas cosas y esto nos ha dado cierta seguridad en el cumplimiento de nuestros deseos.

Pero no todo lo que deseamos se puede desarrollar rápidamente. Se requiere un cierto tiempo de adecuación de las infraestructuras básicas que determinados nuevos inventos necesitan para poder aplicarse definitivamente.

Un ejemplo es el desarrollo y utilización masiva del vehículo eléctrico. La idea está casi totalmente clara. Solo faltaría que la electricidad utilizada provenga de fuentes de energías renovables, pero eso costará también cierto tiempo. Al menos, sí que se conseguirá que en las ciudades no exista la contaminación por los productos de carbono, nitrógeno y azufre que se da en estos momentos y que en las grandes urbes se manifiesta de una manera mucho más intensa. Otra cuestión que hay que valorar es el precio de la energía eléctrica que tengamos que pagar en la carga de las baterías de los vehículos.

El deseo, por lo tanto, está totalmente extendido entre la población. Todos deseamos que los vehículos sean eléctricos, que la energía provenga de fuentes renovables no contaminantes y que el precio sea el más barato posible. La realidad, por ahora, es que falta bastante tiempo para que esta importante cuestión se generalice, a pesar de que nos están presentando su desarrollo, como inmediato. Hay mucha gente que no cambia de coche, porque quiere que su próximo coche sea eléctrico. Creo que hay demasiados intereses y no se está diciendo toda la verdad.

Las baterías de los vehículos eléctricos duran entre 200 y 500 Kilómetros por carga total realizada. Con esto no se puede salir a la carretera para un viaje de media a larga duración. Tesla dice que para cargar la batería, lo puede hacer hoy día un puesto que disponga de una potencia de carga de 100 kw, de un 50% de la batería en 30 minutos y la otra mitad en 1 hora y 30 minutos.

Esto significa que hay que parar dos horas para cargarla íntegramente. Por otra parte, ¿quién dispone de puntos de carga de 100 Kw? Tengan en cuenta que en nuestras casas, la potencia contratada es de 3 a 5,5 Kw. Disponer de una potencia de 100 kw está totalmente fuera de la capacidad económica de una familia. Entonces, ¿Vamos a ir todas las noches a cargar el vehículo a algún punto especial de carga? ¿Cuánto nos va a cobrar el propietario de esos puntos de carga, de los que tendría que disponer a cientos y cientos? ¿Las comunidades de vecinos podrían disponer de puntos de carga? ¿Habrá capacidad en las actuales líneas eléctricas de la ciudad para generar puntos de carga?

La única vía que podría funcionar sería que pudiésemos cambiar la batería ya descargada por otra cargada en cualquier estación de servicio, pero, por ahora, yo no la encuentro entre mis búsquedas. Se puede estar produciendo una burbuja de fiebre por los vehículos eléctricos. Dejemos antes que haya tiempo, creo que bastante, para que se implementen las infraestructuras necesarias para ello.