Lo conocí recién llegada a Murcia. Fue un flechazo a primera vista que ha durado durante los casi 27 años que llevo en esta Región y ejerciendo periodismo en esta casa. Tanta complicidad ha habido entre nosotros estos años que no he dudado en llevarme uno a mi casa cuando ha habido que comprar un ordenador; y no nos arrepentimos. Pero ese amor se ha visto truncado por cosas de la vida y desde este miércoles ´mi´ ordenador ha sido relegado a un rincón de la redacción a la espera de un destino incierto y desconocido, al menos para mí. En su pantalla he escrito de todo: Informaciones que da gusto redactar; artículos que cuestan mucho; he navegado y buceado por Internet; he maquetado páginas... Ha sido un fiel compañero, aunque a veces, a altas horas de la noche y cuando están deseando llegar a casa después de una dura jornada laboral, hubieras querido estamparlo contra la pared. Ahora empiezo una nueva relación, esta vez con un PC, y sinceramente, no tengo ni idea de cómo puede acabar. Pero, humanos que somos, pronto olvidaré al viejo compañero de fatigas y no recordaré lo fácil que era trabajar con él. Por eso quiero que estas líneas sirvan de pequeño homenaje a mi ordenador. Hasta siempre querido Mac.