Todo comenzó el verano pasado; compañeros nuevos intentando integrarse en el grupo; compañeros que ya se conocían y que los acogen de la mejor manera€ en ese mismo instante comienza a fraguarse un destino por construir.

Los cimientos de la obra se apoyan en las personas, en sus valores, en sus principios, en sus compromisos, en sus motivaciones, en definitiva, en sus ganas de querer. El futuro se vislumbraba lejano, por eso mismo nos centrábamos en nuestro presente. Teníamos claro que el día a día nos llevaría hacia nuestra meta, y que disfrutar de él nos allanaría el camino.

Los días pasan y poco a poco conocemos más de nuestros compañeros, aunque esas horas que pasamos juntos nos hacían parecer hermanos; confiábamos los unos en los otros y así mismo nos lo repetíamos. Los mimbres poco a poco se iban forjando, y como en todo grupo de personas€ no era oro todo lo que relucía.

¿Qué hace un equipo cuando vienen las mal dadas? Se une más, se saca la cara por el hermano, se compite más, y se cree más. Todos sumamos, nadie resta. Y gracias a ello, cierto día el equipo ya se convierte en una familia de la que formamos parte, no solo los jugadores, ni cuerpo técnico, ni directiva€ sino también todos los que nos han seguido durante toda la temporada allá por donde íbamos.

Y sí, en la familia que somos, los hermanos discutimos, algunas veces no entendemos las decisiones de nuestros padres, sin embargo, respetamos y acatamos porque sabemos que si un eslabón de nuestra cadena se queda en el camino, esto no funciona.

Y llega el día que cumplimos el objetivo€ ¿Qué decir? Mereció la pena el esfuerzo, porque hemos llorado, reído, y sobre todo disfrutado de este maravilloso viaje que concluyó el sábado pasado con el ascenso de categoría del Equipo. Y una vez conseguido€ nos abrazamos toda la familia y recordamos que gracias a lo que dimos por nuestros hermanos€ pudimos tocar la gloria€ nuestra gloria.

Gracias @AlcantarillaFC. Gracias Equipo. Gracias Familia.