O también, ¿cómo dificultar la posibilidad de que ocurran episodios similares a los que han ocurrido en aguas embotelladas?

Un manantial siempre es el resultado de las salidas de aguas subterráneas excedentes en un acuífero. Cuando éste está rebosando, al completo de su capacidad de almacenamiento, sale a la superficie un mayor o menor caudal de agua. Un ejemplo magnífico, cercano a Murcia, son los Chorros del río Mundo. Según la temporada de la visita al manantial, el caudal es mayor o menor, pero cuando llueve mucho, aumenta el volumen del agua subterránea del acuífero, aumenta por tanto el caudal de salida, pero llega un momento, en que el lugar por donde sale el agua, no tiene la capacidad suficiente para dar cauce a toda el agua que tiene que salir, lo que provoca un aumento de la presión del agua en el acuífero, lo que conlleva un aumento del nivel del agua en el mismo, y por ello, sale por otros manantiales próximos al inicial, dando lugar a un espectáculo, digno de considerarse una de las maravillas más extraordinarias que tenemos cerca los murcianos.

La calidad del agua del manantial tiene que ver: a) con el tiempo de residencia del agua en el acuífero, por lo que a mayor tiempo, mayor disolución de la roca por la que pasa; b) de la composición química de la roca; c) de la temperatura y de la presión existentes entre la roca y el agua; d) de los elementos existentes en el área de alimentación del acuífero.

De lo anterior, no podemos modificar los tres primeros factores, pero el cuarto, el que se debe al área de alimentación del acuífero, debemos y podemos actuar de una manera cierta y que debiera ser obligatoria.

El agua que llueva o discurra por esta área, es aquella de la cual una parte se va a infiltrar y va a alimentar al acuífero y al manantial.

Si encima del área de alimentación acogemos fosas sépticas, alcantarillados en mal estado, vertidos de industrias, actividad ganadera, agrícola o cualquier otra clase de vertido, restos de ellos los encontraremos en el agua del manantial.

Por ello, no es nada raro que a un manantial, cuya área de alimentación no esté protegida, puedan llegar restos de origen fecal humano. Como al agua embotellada no se le añade cloro (sólo se actúa con rayos ultravioleta), la posibilidad de contaminación puede ser alta en un manantial, cuya área de alimentación no esté controlada. Hay varios casos muy conocidos.

Por eso, yo recomendaría que en las botellas de agua mineral, además de poner la composición química, se indicase si la citada área está protegida y controlada.