Vista la podredumbre generalizada de los partidos y políticos, entre los que se corrompen, los que callan y/o justifican, vista la indignidad de los líderes europeos para con los seres humanos más machacados, visto el ejemplo del ´honrado´ Lula€ Habrá que convenir que, efectivamente, el poder acaba con la honestidad del que se encarama a él, y que ya tan solo queda probar que gobiernen los jueces directamente con buenas leyes y buenos técnicos vigilados de cerca€ Y el principio de que nadie es culpable hasta que se demuestre, en los políticos habrá que cambiarlo por el de que todos son sospechosos mientras no demuestren lo contrario. Es que, en ellos, entre los que son unos chorizos y los que aún no se sabe que lo son€ son multitud.