La mañana del jueves 10 de marzo debe marcar un antes y un después para que el Área 2 de Salud disponga de una prestación sanitaria pública de calidad para todos sus usuarios, que es un anhelo perseguido desde hace tiempo. Porque se aprobó en la Asamblea Regional la Proposición de Ley, impulsada por la voluntad popular, que garantiza que el Rosell se conviertá en el segundo hospital general de esta área de salud.

Se han sucedido muchos acontecimientos hasta llegar a este momento en un Área de Salud que cuenta con casi 290.000 habitantes, la mayor de toda la Región, y en la que se han venido produciendo situaciones de precariedad sanitaria que está afectando muy negativamente a todos sus usuarios.

La ciudadanía de Cartagena, La Unión, Fuente Álamo y Mazarrón ha expresado en las calles su clamor para acabar con esta situación que no se corresponde con las prestaciones que se le suponen a un Estado de Bienestar como el nuestro. Una situación que origina interminables listas de espera, colapsos en los servicios de urgencia, acumulación de camas en los pasillos o un número intolerable de derivaciones a la sanidad privada, como muestra de los graves problemas que padece la sanidad pública en el Área 2 de Salud.

Se ha aprobado una Ley para que el Rosell, que el Partido Popular ha desmantelado descaradamente, se convierta en un auténtico hospital y los vecinos no padezcan más la incompetencia de este Gobierno. Y se ha hecho, aun en contra de la derecha de esta Región que, con su miopía y su falta de sensibilidad hacia el sufrimiento de las personas no ha hecho más que entorpecer el proceso que nos ha llevado a este momento.

Creo que es justo reconocer que sin el empuje y la fuerza del movimiento vecinal hubiera sido difícil llegar hasta aquí. La presión vecinal expresada en las calles en sucesivas ocasiones ha puesto de manifiesto la existencia de un grave problema que es preciso resolver. Este sentir generalizado es apoyado por los vecinos y por los profesionales de la salud pública que han sido protagonistas de las movilizaciones y de la amplia diversidad de actuaciones que se han llevado a cabo.

Pero, llegados a este punto, ahora la derecha más reaccionaria que tenemos la desgracia de tener en nuestra región, anuncia que recurrirá ante el Tribunal Constitucional la aprobación de la ley, en un intento desesperado de paralizarla. No sé qué repercusiones tendrá su estrategia, pero no puedo dejar de acordarme de la Ley Integral para la recuperación del Mar Menor de 1987 que también recurrieron y que fue desestimada por el Constitucional, pero al cabo de varios años, perdiendo la oportunidad y un tiempo muy valioso.

A estas alturas del proceso, uno no puede dejar de preguntarse qué verdadero interés, desde luego tan lejano de dar respuesta a los problemas de las personas, puede tener el Partido Popular en que el Rosell no se convierta en un segundo hospital. Por qué, esa feroz resistencia al uso de ese emblemático edificio para la salud pública y si será cierto lo que tanta gente piensa, que responde a algún compromiso oculto que no se halla en el ámbito de la defensa de lo público.

Lo cierto es que esa actitud obstinada del Partido Popular abre la puerta a todo tipo de especulaciones que se alejan de lo realmente importante en una sociedad democrática moderna como la nuestra, en la que los gobernantes deben hacer lo necesario para satisfacer las necesidades de las personas.

El PSOE, que se ha mantenido constante desde el principio al lado del movimiento vecinal, mantiene la esperanza de que, finalmente, las artimañas de la derecha no retrasen este imparable proceso que cuenta con el apoyo de la mayoría de la sociedad y que ha de redundar en beneficio de las personas. Porque las personas son lo único que importa.

Creo que, con la aprobación de la Ley del Rosell, tenemos un gran motivo para estar contentos y satisfechos con el trabajo realizado. Y, con toda seguridad, más tarde o más temprano, la sanidad pública del Área 2 de Salud podrá ofrecer las prestaciones de calidad que la ciudadanía se merece, con el Rosell como segundo hospital general.