Iguales. Qué tremendo lo de la infanta, ¿verdad? Verla ahí, en el banquillo de los acusados, como cualquier otro delincuente o presunto delincuente. Mientras la escuchaba pensaba yo en que, al menos, la justicia parece ser para todos; que en esta época reciente que hemos vivido de sinvergüenzas, ladrones, corruptos que se forraban mientras que tantos españoles sufrían, se empobrecían, no tenían ni para comer, los desahuciaban de sus casas, etcétera, todavía queda algo que te hace pensar que todos somos iguales ante la ley.

Poca pena. Dos mujeres hablan de la infanta, el viernes, en la cola de la carnicería, en el mercado de Verónicas: «Está muy estropeada. Tenía cara de muerta. ¿Y el marido? Con lo guapo que era, y se ha puesto acartonao; a mí me dieron un poco de lástima». La otra exclama: «¿Lástima? ¡Qué pijo lástima! ¡A mí no me dio lástima ninguna!»

Buen lider. Estuve con Óscar Urralburu, el líder de Podemos en esta Región, en una tertulia, en la radio. Seguro que ustedes conocen muy bien a Pablo Iglesias, a Iñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa, Pablo Echenique, etcétera. Pues bien, yo les diría que este Urralburu de aquí, de Murcia, es un político con la cabeza mejor amueblada que todos esos. Y parece más moderado, de izquierdas claramente, pero así como más sensato. Por una vez, no nos ha tocado bailar con la más fea.

Patatas asadas de aperitivo. A las once de la mañana, un grupo de hombres están almorzando en la barra de un bar. Comen bocadillos y beben cerveza. Uno de ellos le dice al camarero: «¿Sabes lo que yo me tomaría ahora? Una de esas patatas asadas que haces por la tarde». «Pues si vienes dentro de una hora, las tienes preparadas porque las meto en el horno ahora mismo», dice el camarero. Los hombres hablan entre ellos: que si patatas por la mañana, que si eso sería ya un aperitivo, que si no vamos a comer, etc. Al final le dicen: «Mira somos cinco; prepara diez patatas y alioli que a la una estamos aquí».

Viejo artículo. Me escribe una profesora de Lengua y Literatura de un instituto de esta Región. Dice que si le puedo conseguir un artículo que escribí en este periódico en noviembre del 2002. «Lo he utilizado en mis clases desde entonces para hacer comentarios de texto, y de tanto usarlo, se ha puesto viejo y amarillo y ya apenas se puede leer. Pero me da muy buen juego porque a los alumnos les gusta y se divierten trabajando con él», me explica. El artículo pertenece a una serie que hice que se llamaba Cartas de Rubén Josué. Estas cosas hacen ilusión, sobre todo porque demuestran la fuerza que pueden tener los medios escritos sobre papel.

Entera. Una mujer, de unos sesenta años, a otra, en la calle, señalándose la ropa que lleva puesta: «Mira, de rebajas voy de arriba a abajo».

La pregunta del millón. Dos hombres, jubilados, toman café en una terraza. Uno de ellos dice: «¿Dónde estarán los billetes de 500 euros? Oye, que no se ve ninguno por ninguna parte».

De frente. En el mundo del flamenco a mucha gente le fastidia muchísimo que Miguel Poveda, el magnífico cantante que llena hasta la bandera donde actúa (su última actuación en el Cante de las Minas de La Unión fue apoteósica) se declare tranquilamente homosexual. Como si para cantar flamenco con la hondura que él lo hace hubiera que ser muy hombre. Estoy seguro de que en la historia del flamenco, como de todo, habrá habido gays, lo que pasa es que no lo decían. Este va de frente, y la realidad es que canta de un modo impresionante. Y, a todos esos machistas del flamenco les joroba reconocerlo.

Lo mejor para ella. En la puerta de un colegio, padres y abuelos esperan la salida de los niños. Una abuela ve venir a una niña preciosa. La llama, la abraza y saca de su bolso un bocadillo. «Toma, es de jamón y queso. De lo que más te gusta», le dice con cara de adoración.

Premios. Me pareció muy bien que le dieran el Oscar a la mejor película a Spotlight. Les dije aquí que la había visto y que me había gustado mucho. También he visto The room, por la que le han dado el de mejor actriz a Brie Larson, que se lo merece porque hace una interpretación impresionante, aunque la estrella de la película es un crío de siete u ocho años que hace de su hijo y que es fascinante verlo en la pantalla. Otra peli interesante de estos Oscars era Trumbo, en la que Bryan Craston, el Mr. White de Breaking bad, también nominado a mejor actor, aunque ganó Leo Di Caprio, hace una interpretación de antología. Viendo todas estas películas te das cuenta de que Hollywood sigue siendo la Meca del Cine.