Esther Gabarre, una viuda de 40 años, entrará en prisión acusada de robar prendas por valor de 428 euros si un indulto no lo remedia. Su intención era vender la ropa y sacar algún dinero para mantener a sus cuatro hijas, ya que en la actualidad está en paro y sólo cuenta con una Renta Mínima de Inserción de 532 euros para sobrevivir. Fue juzgada y condenada sólo dos días después de cometer el robo. Y es que en estos casos, en contra de lo que ocurre con los grandes delitos, la justicia sí actúa rápida, sea cual sea la circunstancia que rodea el delito. Poco importa que ella haya pedido conmutar su pena por trabajos a la comunidad teniendo en cuenta que el hurto fue fruto de la necesidad. Lo único que se ha conseguido, gracias a134.000 firmas recogidas en Internet, es que el juez retrase su ingreso en la cárcel hasta que el Gobierno le conceda su indulto. Y es que la justicia siempre cae con todo su peso sobre los más débiles. No es la misma justicia que pide apenas seis y cuatro años de prisión para los exdirectivos de CajaMadrid Miguel Blesa y Rodrigo Rato por el caso de las tarjetas black, con las que se defraudaron más de10 millones de euros. Y dicen que la justicia es ciega...