Por la calle Mayor de mi pueblo, frente a la puerta de la casa donde nací y donde hoy tenemos la mercería, ha pasado de todo a lo largo de la historia. Franco, cuando la Bendita Riada; o también, un ejército compuesto por 6.000 ingleses y holandeses durante la Guerra de Sucesión; o Echegaray, el primer Nobel de Literatura español, llegando a Murcia, en brazos de su madre y con tan sólo cuatro días de edad. De niño, me bastaba con asomarme al balcón y recrear en la mente acontecimientos históricos que los mayores me contaban. Como el de la madrugada del 14 al 15 de abril de 1931, cuando pasó por la puerta de mi casa el rey Alfonso XIII y su comitiva camino del puerto de Cartagena, donde subiría a un barco que lo llevaría a un exilio del que nunca regresó.