Las elecciones al Senado son las únicas que se celebran por el sistema de listas abiertas, tan anhelado como objetivo por amplios sectores de la sociedad para romper la partitocracia. Sin embargo en todos los comicios los resultados no varian sustancialmente de los que se producen en el Congreso con listas cerradas. De los cuatro senadores que se eligen por la Región en todas las generales celebradas hasta ahora el partido mayoritario ha copado las tres primeras plazas y el segundo se ha tenido que conformar con la cuarta. Unos cientos de votos arriba o abajo sobre la lista de la Cámara Baja son los que deciden los candidatos de la misma fuerza política a la Camara Alta.

Hasta hace unas legislaturas la papeleta iba ordenada por orden alfabético de todos los aspirantes; ahora va por partidos con su propio listado interno, pero los resultados suelen ser los mismos, sin influir los nombres o las biografías de los candidatos. De ahí que es poco posible que se pudiera producir un voto de castigo a personas concretas.

En estos comicios algunas encuestas apuntan a unos resultados apretados entre socialistas y Ciudadanos por el segundo puesto, por lo que esta pugna se reflejaría en las elecciones de los senadores. Hasta hace unos meses no era un puesto apetitoso en Ciudadanos, sin embargo el ascenso de la formación política de Rivera en Murcia conllevó una importante presencia de aspirantes en las pasadas primarias. El puesto de senador es goloso, porque el trabajo no es mucho y el sueldo no está mal, al margen de ciertas canongías existentes.

En estos casos, en la elección del cuarto, la rivalidad se produce entre compañeros de candidatura del mismo partido, ya que tres serían los llamados y sólo uno el elegido. Contaba en cierta ocasión un exsenador tinerfeño ya retirado cómo había obtenido el escaso años antes: «En las papeletas que repartieron mis más allegados, algunos cientos de votos de mi partido sólo se puso la cruz a mi candidatura, rellenando la otra aspirantes de otras fuerzas políticas. A mi entonces compañero, ni agua. Desconozco si él haría lo mismo pero salí elegido por menos de cien votos de diferencia a mi favor». Y no se trata de dar pistas a los aspirantes actuales.